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PRESENTACIÓN DEL LIBRO SANGRE SUDOR Y PAZ

El pasado 16 de octubre de 2017 estuvimos en la Delegación de Hacienda, de la capital aragonesa, y lo hicimos para asistir a la presentación en Zaragoza del libro titulado, SANGRE SUDOR Y PAZ, del que son coautores, Lorenzo Silva, Manuel Sánchez y Gonzalo Araluce. Una obra que se anuncia como la derrota literaria de ETA, y que viene a ser el primer proyecto editorial sobre ETA que cuenta con el apoyo de los servicios de inteligencia de la Guardia Civil.

La presentación tuvo lugar en el Salón de Actos de la entidad, a partir de las 19.00 horas, presidida por el jefe de la 8ª Zona de la Guardia Civil, GB. Carlos Crespo Romero, y hemos de decir que, a pesar de su gran aforo, la sala se quedó pequeña para acoger al numerosísimo público que respondió a la convocatoria, atraído por el interés de esta obra que nos habla de un período de nuestra historia salpicado con demasiada frecuencia de atentados terroristas.

Asistieron, entre otras, las siguientes autoridades civiles: Delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde Sánchez, Consejero de Presidencia del Gobierno de Aragón, Vicente Guillén Izquierdo, Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, Manuel Bellido Aspas, Secretario General Técnico del Gobierno de Aragón, José Luis Pinedo Guillén, Fiscal Superior de Aragón, José María Rivera Hernández, Presidente de la Cámara de Cuentas, Antonio Laguarta Laguarta, Fiscal Jefe de la Fiscalía Provincial de Zaragoza, Felipe Zazurca González, y Subdelegado del Gobierno en Zaragoza, Ángel Val Pradilla.

Coronel Sánchez Corbí, Manuel G. Larraz y Lorenzo Silva

Asistieron, entre otros, los siguientes mandos militares: Jefe de Movilidad Aérea del Mando Aéreo de Combate, GD. Julián Roldán Martínez, Jefe de la Base Aérea de Zaragoza, GB. Antonio Francisco Nebot Más, y Delegado de Defensa en Aragón, coronel Félix Allo Flores, así como otros muchos militares de alta graduación.

Entre los numerosos invitados al acto pudimos ver también a relevantes personalidades de diferentes ámbitos de la sociedad aragonesa, como son, Hipólito Gómez de las Roces, (Presidente de la DGA 1987-1991), Director del Centro Universitario de la Defensa, Deán del Cabildo Metropolitano de Zaragoza, y representaciones de la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, Reales Tercios de España (V Tercio “General Aranda”), Asociación de Militares y Guardias Civiles con Discapacidad ACIME, y Agrupación Renovados Tercios Españoles.

Antes de iniciarse el acto tuvimos oportunidad de entrar en contacto con uno de los coautores de esta gran obra que forman los títulos, “SANGRE SUDOR Y PAZ“, e “HISTORIA DE UN DESAFÍO“. Estuvimos junto al escritor Lorenzo Silva y escuchamos con atención sus comentarios sobre la obra, que daban respuesta a preguntas de compañeros de los medios de comunicación social. Esta fue una de las preguntas formuladas al escritor: “En este libro la Guardia Civil es protagonista, ¿cómo cree que es el reconocimiento por parte de la población hacia este Cuerpo ahora que, por ejemplo en Cataluña, hemos visto cierto rechazo por parte de algunas personas?“.

He aquí su respuesta: “Bueno, cierto rechazo de una parte de la población catalana, que está alineada con un gobierno que ha decidido saltarse la legalidad, que ha decidido ignorar a toda la oposición política y que ha decidido pasar por encima de todos los ciudadanos catalanes, que son cientos de miles, o millones, que no son independentistas. Si Ud. le pregunta a los catalanes que no son independentistas, y yo alguno conozco porque he vivido 7 años en Cataluña, le darán una visión completamente distinta. Le dirán que esos guardias civiles que han ido a Cataluña, han ido a defender sus libertades y sus derechos. No hace muchos días salieron cientos de miles de catalanes a la calle y esos mismos guardias civiles que han tenido rechazo de una parte de la población catalana, también han tenido su apoyo por parte de otros catalanes“.

General Jefe de la 8ª Zona de la Guardia Civil

Momentos después comenzó el acto con una breve intervención del General Jefe de la 8ª Zona de la Guardia Civil, Carlos Crespo Romero, que inició con palabras de agradecimiento a la Delegación de Hacienda por haber prestado sus instalaciones para la presentación de la obra, también hacia Manuel Giménez, por aceptar moderar la sesión, y finalmente hacia las autoridades civiles y militares, e invitados en general, que llenaban por completo el Salón de Actos, lo que era una muestra del interés que tiene la obra, de la cual dijo, “por las personas que la han escrito, seguro que es una obra interesante“.

A continuación intervino Manuel Giménez Larraz, hijo de Manuel Giménez Abad, Presidente del PP en Aragón, que fue asesinado por la banda terrorista ETA en 2001. Comenzó Manuel Giménez por hacer una breve introducción sobre dos de los coautores de la obra, que le acompañaban en la mesa, empezando por Lorenzo Silva, acerca del cual nos dijo lo siguiente: Ha escrito, entre otras obras, “La flaqueza del bolchevique“, (finalista del Premio Nadal 1997), “Carta blanca“, (Premio Primavera 2004). En 2006 publicó, junto a Luis Miguel Francisco, “Y al final, la guerra“, un libro-reportaje sobre la intervención de las tropas españolas en Irak, y en 2010, “La aventura histórica de la Guardia Civil“, (Premio Algaba de Ensayo). Además es autor de la serie policíaca protagonizada por los investigadores de la Guardia Civil, Bevilacqua y Chamorro. Con uno de sus títulos, “El alquimista impaciente“, quedó finalista del Premio Nadal 2000, y con otro, “La marca del meridiano“, ganó el Premio Planeta 2012. Desde 2010 es Guardia Civil Honorario. Comparte este libro con Gonzalo Araluce, que no pudo asistir, y con Manuel Sánchez Corbí, que es autor también de “Historia de un Desafío“.

De este último nos dijo que pasó su infancia en Irún, en un cuartel de la Guardia Civil, y que ha tenido una larga y fructífera carrera contra el terrorismo de ETA, de más de 25 años. Desde 2013 dirige la UCO y ha recibido reconocimientos como la Legión de Honor Francesa, y cinco Cruces al Mérito de la Guardia Civil, con distintivo rojo.

Luego, Manuel Giménez se refirió a sí mismo y dijo lo siguiente: “Siendo yo un niño de seis años, recuerdo como llegó a nuestra casa en Jaca la noticia del asesinato del General de Brigada de la Guardia Civil, Juan Atarés. Era el cuñado de mi abuela y fue asesinado por la espalda, como siempre, por los pistoleros de ETA, en Pamplona el 23 de diciembre de 1985. Mis abuelos forman parte de esa generación que han visto como morían asesinados sus padres, hermanos y, más inesperadamente, por suceder en un régimen democrático, sus hijos…mi padre“.

Una generación cuyo testimonio deberíamos escuchar con mayor atención pues, lamentablemente, la gente que como yo hemos nacido entre algodones damos por hecho todo lo que otros consiguieron políticamente y damos por hecho que lo tenemos garantizado, para tomar conciencia de lo precarios que son siempre los sentimientos en los que se apoyan las sociedades democráticas y abiertas como la española, y cómo tenemos que cuidarlos, cultivarlos diariamente y cómo necesitamos valorarlos“.

Intervención de Manuel Giménez Larraz

Continuando con sus recuerdos, nos dijo Manuel Giménez que ese día de 1985 escuchó por primera vez hablar de ETA, conociendo muy bien lo que era y teniendo muy claro lo que hacía. El 11 de diciembre de 1987, dos años después, una fuerte explosión le despertó como a muchos zaragozanos. Ya sabían lo que era porque unos meses antes, en San Juan de los Panetes, ETA había asesinado al Comandante Manuel Rivera y al conductor Ángel Ramos, y herido a 25 militares, 14 ciudadanos y un guardia civil,como detallan las obras presentadas. En esta ocasión el atentado, que por su crueldad marcó a una generación entera de zaragozanos, fue contra la casa cuartel de la avenida Cataluña. Murieron 11 personas, seis eran niños. ETA no reparaba en estos pequeños detalles, en los que por cierto tampoco lo hicieron los obispos de Vitoria, San Sebastián y Bilbao, quienes, en una carta pastoral del día posterior ofrecían cobertura moral y social, a este tipo de actuaciones, como recoge Lorenzo Silva en el libro, “El deterioro social es percibido agudamente como falta de seguridad. Inseguridad ante el derecho a la vida y a la propia libertad. Inseguridad ante los abusos de la acción represiva de las fuerzas policiales. Inseguridad ante la delincuencia callejera. A nadie se le puede negar el derecho de hacer política o interventarles los éxitos alcanzados por sus actuaciones“. Esto es lo que decían en aquel entonces los obispos en esta pastoral que suscitó numerosas críticas e incluso malestar en el propio obispado.

Luego, Manuel Giménez nos contó cómo el día 6 de mayo de 2001, estando en Pau, (sur de Francia), conoció por las confusas palabras de su prima, que se había producido un atentado de ETA en Zaragoza. Inmediatamente supo que su padre había muerto asesinado por los que durante muchos años se arrogaron la facultad de disponer de la vida de tanta gente inocente. Era Senador, Diputado autonómico, y Presidente del Partido Popular en Aragón, cargo en el que le sustituyó Gustavo Alcalde, en un ejemplo de coraje cívico y valentía.

Los terroristas creían que abrían así, con el asesinato de mi padre, como el de tantos asesinatos de guardias civiles, grietas a nuestros valores democráticos, incapaces de percibir que en realidad los reforzaban, que nos agrupaban a millones de ciudadanos en torno a ellos. Los asesinatos de ETA nos reunieron involuntariamente alrededor de una identidad cívica que saltaba por encima de las distintas sensibilidades nacionales que jalonan España, que empequeñecía y relativizaba la habitual confrontación ideológica entre izquierda y derecha“.

Ese día ETA no solo acababa con la vida de una persona honesta, excepcionalmente integra, de un tipo especial. ETA asesinaba a una persona que defendía con naturalidad la libertad, la igualdad, la justicia, el pluralismo político. Todos los valores superiores que sustentan nuestra democracia llevan en España los nombres de Manuel Giménez Abad y de los más de 200 guardias civiles asesinados por el terrorismo en nuestro país.

Son muchos los recuerdos de esos días, pero me gusta acordarme de que al día siguiente decenas de miles de personas se manifestaron en Zaragoza para mostrar su repulsa por el asesinato de uno de sus representantes electos. Ese día descubrí que no estábamos solos, que nuestra pérdida no era solo nuestra . Aragón y España la hacían suya también. Me siento afortunado por ese apoyo, que muchos guardias civiles, especialmente en los primeros años de nuestra democracia, tal como queda también reflejado en estas obras, no recibieron como merecían convenientemente, y a la vez los españoles le demostraban a ETA que el asesinato y la violencia eran inútiles“.

Manifestación contra el terrorismo de ETA

El tiempo hace que a veces se nos olviden las cosas, pero hay que recordar que mientras cientos de miles de ciudadanos se manifestaban pacíficamente, demostrando su coraje cívico, mientras los partidos democráticos de toda ideología, de izquierdas y de derechas, nacionalistas y no nacionalistas, expresaban su repulsa, mientras tanto Arnaldo Otegui decía textualmente, “menos condenas, menos literatura política, menos lágrimas de cocodrilo y más soluciones para este país“.

Aragón, como he dicho, y sus partidos políticos, siempre han sabido comprender que, en lo que al terrorismo se refiere, a sus víctimas, a mi padre, a Irene Fernández y a José Ángel de Jesús, guardias civiles asesinados por ETA en Sallent de Gállego, en relación con esto están en juego cosas mucho más importantes que el debate partidista, unas elecciones, o el ejercicio del poder.

Está en juego el pilar básico de nuestra sociedad de convivencia, que en sí justifica la existencia misma de nuestro estado democrático. Están en juego los derechos y libertades fundamentales de todos los españoles, y eso nos es común a todos, desde la izquierda a la derecha“.

Hoy la situación ha cambiado. ETA languidece, lo recoge también estas obras, y su agonía, digámoslo claro, no es el resultado de su propia voluntad, de su conversión espontánea a los medios de participación democrática. Su agonía se debe al firme pulso de los demócratas mantenido con ellos durante décadas, al trabajo infatigable de la Guardia Civil, derramando sangre y muchas lágrimas de dolor, rabia e impotencia por el camino.

No hemos abdicado de nuestras convicciones democráticas y hemos sido escrupulosos en el respeto a nuestro estado de derecho. En los años 80 algunos olvidaron que la derrota política, ética y también policial, no podía pasar por el ejercicio inadmisible del terrorismo de estado, como reflejan también estas obras que hoy presentan, porque en democracia la violencia choca contra los principios que la inspiran, porque no hay nada que justifique arrebatar una vida y nuestro propio estado reaccionó corrigiendo la situación, enjuiciando a sus responsables algo que, por cierto, en el caso del padre de Manuel Giménez Larraz, todavía no ha sucedido.

Dio Giménez un salto temporal, cosa que no hace el libro que tan profusamente recoge 40 años de historia de ETA, para referirse a lo que sucedió el pasado 8 de abril cuando, en un anuncio previo, con su siempre tan ridícula como pomposa escenificación, ETA procedió con la entrega parcial de sus armas, con la que los españoles les obligábamos a dar un paso atrás hacia la definitiva disolución. El final del terrorismo es una excelente noticia cuya trascendencia no debemos devaluar. Una noticia en la que los protagonistas, por mucho que lo pretendan, no son los asesinos de ETA sino los ciudadanos, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, nosotros. Son demasiados años persiguiéndolos como para negar la importancia que merecen.

No podemos olvidar que el proyecto político que preconiza violentamente ETA sigue tratando de alimentarse de la candidez, en el mejor de los casos, o del sectarismo de quienes consideran que el simple hecho de que unos asesinos hayan dejado de matar les imbuye inmediatamente de una deslumbrante legitimidad democrática y ética ante la cual debemos sucumbir.

Desgraciadamente a veces todavía es necesario recordar que en esencia todos somos iguales, que el Rh positivo o el Rh negativo que, como todos recuerdan, son argumentos esgrimidos en los últimos 20 años por políticos relevantes vascos, o que la genética más parecida a los franceses o a los italianos, que es un argumento recientemente esgrimido en otra parte de nuestro país, evidentemente no establecen diferencias sustanciales entre unos y otros, como tampoco lo hace el color de la piel. Afirmaciones de este calibre se hallan en la base misma del racismo. Una lengua propia, una cultura común puede ser motivo de orgullo, pero no nos convierte en distintos, y precisamente la enfatización de esas diferencias es lo que preconiza violentamente ETA.

Nos hallamos ante un nacionalismo étnico, que desprecia a cuantos carecen de esa supuesta identidad. Un nacionalismo étnico que niega la existencia de otras sensibilidades y que identifica ciudadanía con identidad étnica e identidad étnica con nacionalismo.

Autoridades asistentes al acto

Este tipo de nacionalismo es el que ha causado las mayores tragedias de nuestra historia contemporánea, la Alemania nazi, Serbia o la URSS, el Apartheid en Sudáfrica, o el conflicto de Ruanda, son ejemplos de violencia extrema de origen étnico, y en esa dinámica se movía ETA.

Luego, Manuel Giménez dijo esto: “Yo lucho a diario por no olvidar la cara de mi padre, por no olvidar sus manos, por no olvidar sus gestos, por no olvidar su sonrisa. En la tarea de recordar a tantas otras víctimas inocentes, pero también en la de no olvidar el sacrificio indeleble de la Guardia Civil y su protagonismo decisivo en el final de ETA, nos ayudan libros como los que presentamos hoy aquí“.

Cedió la palabra Manuel Giménez al coronel de la Guardia Civil Manuel Sánchez Corbí, para que nos hablara sobre la experiencia de escribir una obra de la extensión y complejidad de “Historia de un Desafío“, y las conclusiones que haya podido obtener en ese proceso.

Así comenzó Sánchez Corbí su intervención: “Esto no empieza porque sea un mandato de la Guardia Civil, ni de nadie, escribir esto. Esto empieza porque allá por el 2012 o 2013, cuando ya era más que evidente que ETA había sido derrotada, vi un poco la necesidad de que, después de 50 años de sufrir el terrorismo en España, después de 800 muertos, después de haber sufrido, iba a decir como perros, después de habernos matado también como perros, después de haberlo superado, el estado de derecho había ganado. Pero había ganado de una manera que se quería dejar como un empate. Eso no podía ocurrir, sobre todo cuando los que habíamos vivido desde pequeños , que habíamos nacido, casi, en un cuartel del País Vasco, que habíamos visto el genocidio asesino de muchos ciudadanos, que nos mataban, una y varias veces, eso no podía quedar así porque al final había que contar lo que de verdad había pasado. Ahora que somos muy proclives a la memoria histórica, no podíamos pasar página de algo que acabó antes de ayer, aunque muchos quisieran“.

Éramos testigos privilegiados. Todas las guerras hay que contarlas y en las guerras pasadas es difícil encontrar testigos, pero aquí los teníamos. Todos los que lo hemos vivido tanto investigadores como víctimas, estamos vivos. Siempre hay alguien que puede contar cualquiera de los episodios que ocurrieron desde que, a finales del año 58 y principios del 59, un grupo de hijos del PNV quisieron crear un grupo terrorista.

Al principio un grupo terrorista para luchar contra el franquismo, pero cuando Franco se murió, siguió matando más todavía, por lo cual no era un grupo terrorista para luchar contra el franquismo, sino un grupo terrorista a secas, que quería la independencia del País Vasco“.

Coronel Manuel S. Corbí

Todos los testigos estábamos, entonces me planteé, primero escribirlo, luego ya veríamos lo que hacíamos con eso. Busqué en cada provincia del País Vasco a uno de los agentes más veteranos que había, porque en esto, hay que decirlo, hay mucho guardia civil que le ha dedicado toda su vida, y de hecho hoy aquí hay varios de ellos. Prácticamente todos los jefes que yo he tenido en el Servicio de Información están aquí, con lo cual no puedo contar mentiras porque ellos han estado de testigos. Hay mucha gente, mucho guardia civil que toda nuestra carrera la hemos dedicado a ETA. Entonces, qué mejor que con toda esa gente poder recopilar y contar algo que yo creo es un hito en el mundo occidental moderno, que es cómo el estado de derecho acaba derrotando a un grupo terrorista que quizás ha sido el grupo terrorista más cualificado técnicamente que ha existido“.

En España el estado de derecho derrotó al terrorismo y lo derrotó por goleada y sin paliativos. Entonces esa era una historia que merecía ser contada por los testigos que la hemos sufrido y que luego la hemos disfrutado, porque al final esto es una historia muy triste, que acabó bien, pero que fue muy triste. Hoy en día la sociedad vive tan rápido que prácticamente pasamos página muy rápido. Los chavales de 20 años, cuando el último asesinato de ETA, tenía 12 años, por lo cual hay una gran parte de la sociedad para la que ETA es historia, una historia que no conocen ni les interesa“.

Había que escribir un libro que fuera un libro de historia, donde está toda la historia de los últimos 50 años de la historia de España. Recuerden los días en los que el principal problema de los españoles era el terrorismo de ETA, que se colapsaba Madrid, que había muertos, que en Zaragoza asesinaban mucho, que condicionaba la vida de los españoles. Hubo un año en el que, en el mismo año, ETA pudo asesinar al Rey y pudo asesinar al jefe de la oposición, que era José María Aznar.

Portada de la obra

Si los hubiera asesinado, hoy no estaríamos como estamos, y la democracia sería distinta.
Eso había que recordarlo y sobre todo había que recordar una cosa, poner dos líneas del tiempo; una de lo que iba haciendo ETA; otra de lo que iba haciendo el Estado y principalmente la Guardia Civil, porque contra ETA fueron muchos los actores que tuvieron su participación, pero hubo uno que tuvo, digamos, el papel principal, y fue la Guardia Civil, porque ETA decidió, desde el principio de los tiempos, que era la reencarnación del Estado, su máximo exponente, y matando muchos guardias se acabaría con el Estado, y eso fue durante muchos años.

Continuó hablando el coronel Sánchez Corbí apoyado en la solvencia de algunas cifras y datos, como estos, vean:

De los 800 crímenes de ETA, una cuarta parte fueron guardias civiles, 215, y además 17 fueron familiares directos de guardias civiles. De esos 215 guardias civiles, una cuarta parte eran guardias de menos de 23 años, y eso es una tragedia. Más de la mitad eran guardias de menos de 30 años. ETA nos eligió y ahí nosotros tuvimos, yo lo definiría en dos palabras, una supervivencia.

Atentado de ETA en Zaragoza contra Casa Cuartel G.C. (11-12-1987)

Al principio era supervivencia pura y dura. En los años 80, y aquí hay algún general que lo vivió directamente, vivíamos encerrados en los cuarteles del País Vasco, con sacos terreros. Yo he vivido con sacos terreros, parece que estamos hablando de la Segunda Guerra Mundial, pero no, era Deva en el año 80.

ETA se permitía rodear un cuartel, disparar hasta agotar la munición sin que nadie reaccionara. Esa situación de pura supervivencia hizo que la Guardia Civil se creciera, se superara, y que con el paso del tiempo, eso se ve perfectamente en el libro, empezara a ganarle terreno a ETA, llegando al final donde sabía de ETA mucho más que ellos. Tuvieron que pasar muchas décadas para poder hacer eso. En los años 80 nos mataban de cuatro en cuatro, en un restaurante de Marquina o en un restaurante de Zarauz, allí moríamos de cuatro en cuatro y no teníamos capacidad de defensa. Pero reaccionamos, evolucionamos, y al final, y esto es un poco el título del libro, con mucha sangre y con mucho sudor, llegamos a alcanzar la paz que hoy disfrutamos“.

El libro tiene el punto fuerte de describir 50 años de historia y describir cómo desde un principio se llega a un final y demostrarlo de manera objetiva, porque aunque está escrito por guardias civiles hemos pretendido que sea un libro veraz, que sea un libro que perdure. Para eso no podíamos permitirnos pasar por alto ningún error o contar mentiras porque cualquier error, voluntario o involuntario, desvirtuaría toda la obra“.

Aparte de describir esa historia y demostrar cómo se ha acabado con ETA, el libro tiene, para mí digamos, un valor y una meta principales. Al final los que hemos vivido esto en muchos años, estamos, lo podemos contar, seguimos dando alguna conferencia, pero hay muchos que se quedaron por el camino, más de ochocientos guardias civiles, más las víctimas, que sus familiares les lloran y les anhelan todos los días“.

Había que poner en un papel que esas muertes, aunque de momento no lo comprendieran, aunque hoy todavía no lo entiendan, sí fueron muy importantes para conseguir el final de ETA, y por lo menos ya que sus seres queridos no están, y no van a volver, y eso no tiene justificación, esas víctimas sí sirvieron , nos sirvieron a los que estábamos, y les sirvió a la sociedad para cambiar el rumbo de las cosas, y para poder, al final, terminar con el terrorismo“, “Yo creo que se lo debíamos , sobre todo a las víctimas de las primeras épocas, porque como todo fue evolucionando , y en las últimas épocas las víctimas sí tenían el reconocimiento, al principio las víctimas no tenían ese reconocimiento. Creo haber conseguido que, por lo menos, a partir de hoy se sientan orgullosos , satisfechos, tengan el consuelo de ver que sus seres queridos murieron por algo, yo lo creo así“.

También le quisimos poner una cosa que era muy importante, que es una cosa que los investigadores siempre somos reacios a contar, y es cómo hemos hecho las investigaciones, aquí se cuenta. Hay algún detalle que, evidentemente, no se puede contar, todo lo que son métodos y procedimientos de trabajo no lo contamos. Hay alguna investigación que tampoco se puede contar como surge, pero hay otras muchas que sí, y que yo creo que deben ser contadas porque fue un ejemplo de profesionalidad y superación. Yo creo que, pasado un tiempo prudencial, la sociedad tiene que saber cómo trabajaban sus fuerzas de seguridad y cómo consiguieron lo que consiguieron. Creo que al final ha salido una historia completa, una historia triste pero con final feliz.

Atentado de ETA en Zaragoza contra autocar militar (30-1-1987)

Una historia que coloca a cada uno en su sitio, que es digamos la última finalidad del libro. Hay mucha gente que quiere pasar página de puntillas, por mala conciencia, por mala actuación, y aquí en esta obra aparecen cada uno en su justa medida. Nos ahorramos calificativos, dejamos que el lector, que es lo suficientemente inteligente, saque sus propias conclusiones de una historia que está suficientemente bien descrita“.

Hicimos una obra muy completa, que se llama Historia de un Desafío, que es una obra muy amplia pero escrita de una manera muy fácil, que cuenta 50 años de historia. La primera víctima de ETA fue un guardia civil y las últimas también fueron guardias civiles. Describe la actuación de la Guardia Civil en esta guerra, si se puede llamar así. Esta obra es un libro que yo hice con la idea de que esto perdure, que los investigadores que dentro de 50 años quieran profundizar, tengan un primer libro de consulta completo. Pero esa obra tenía que llegar al gran público y entonces, a partir de ahí, buscamos personas cualificadas que pudieran darle vida y yo creo que eso ya es mejor que lo cuente Lorenzo Siva, que es el alma literaria y épica de la obra, que lo va a describir mejor que yo“.

Tomó la palabra el escritor Lorenzo Silva para agradecer inicialmente la asistencia de todos los presentes, y a Manuel Giménez Larraz, por abrir la presentación con un testimonio tan emocionante en todos los sentidos y tan cargado de contenido, para ilustrar lo que muestran estos libros. Libros que detallan en primera instancia el resumen o el compendio de una serie de actuaciones policiales en la persecución de una organización criminal, que muestran los procedimientos que se siguieron, cómo se obtenía la información y cómo se actuaba sobre esta organización criminal. Contienen una memoria valiosa desde el punto de vista policial y desde el punto de vista de la experiencia de quienes han tenido que enfrentar una amenaza de esta índole, de cara a quienes tengan que enfrentarla en un futuro.

Pero esta obra es algo mucho más que eso. Esta historia es el relato, la narración de cómo una sociedad se enfrentó a un desafío intolerable, a un desafío que la conminaba al amedrentamiento, que la conminaba a renunciar a su libertad, que la conminaba a plegarse a los designios de unas personas que, inicialmente decían combatir una dictadura pero que a medida que fueron pasando los años fue quedando muy claro que ni siquiera perseguían la independencia del País Vasco. Lo que pretendían era la dominación , por la fuerza, por la violencia y por la extorsión, de una sociedad para dirigirla y acomodarla a sus particulares designios y a su particular visión de esa sociedad.

Escritor Lorenzo Silva

Esta es la historia de cómo una sociedad se plantó frente a eso, de cómo miembros de esa sociedad tuvieron que pagar un precio muy alto, como el padre de Manuel Giménez o personas que estaban presentes en la sala, y cómo fue el final de un triunfo, el final de cómo esa sociedad consiguió prevalecer frente a tal amenaza. Después Lorenzo Silva nos dijo lo siguiente:

Yo tuve noticia de este gran trabajo a través de Manuel Corbí y, enseguida nos dimos cuenta de que esta historia, que tenía un valor incalculable para los guardias civiles, que tenía un incalculable valor para las víctimas del terrorismo, y que tenía un valor innegable para todas las personas que habían sido más directamente afectadas por este fenómeno, era también objetivamente una gran historia para el conjunto de la sociedad española, una gran historia que pertenece y que debe ser conocida por el conjunto de los españoles, a cuyo servicio está la Guardia Civil desde 1844“.

Aspecto parcial de la sala

Historias de este calibre, como la que representa la lucha contra el terrorismo de ETA, y dentro de esa lucha conjunta que llevaron a cabo muchos estamentos de la sociedad española, jueces, fiscales, policías, periodistas, movimientos ciudadanos, políticos, dentro de esa gran historia hay otra gran historia que es la lucha de la Guardia Civil contra el terrorismo, y esa gran historia me ha parecido que era una historia que merecía la pena tratar, y aportar mi grano de arena, como contador de historias y como alguien que intenta ser sensible ante las historias que transportan un valor, que transportan una emoción y que transportan un sentido y un significado profundo”. “Cuando empecé a profundizar en el material que habían recopilado Manuel y su equipo, más allá de los aspectos policiales, más allá de los aspectos sociológicos, políticos, que están presentes en este gran relato que abarca más de medio siglo de la historia de España, a mí lo que me impresionó vivísimamente es la variedad y la riqueza de experiencias humanas singulares, de aventuras humanas particulares, que trascienden la peripecia de las personas que la vivieron y que tiene claramente un sentido universal, un sentido que puede llegar a cualquier persona, a cualquier ser humano con sensibilidad“.

Hablo no solo de las historias de las víctimas que están recogidas, de quienes fueron víctimas en primera persona y sobrevivieron, de quienes vieron cómo sus seres queridos fueron víctimas en primera persona y sobrevivieron, o no, de quienes tuvieron que enfrentarse al deterioro de su existencia, al deterioro de su libertad, al deterioro de sus derechos como consecuencia de la acción de los terroristas, principalmente en el País Vasco, pero no solo en el País Vasco.

Atentado de ETA en Madrid (21 de enero de 2001)

Se ha recordado por ejemplo cómo el terrorismo afectó a la ciudad de Zaragoza. Yo puedo recordar cómo afectó el terrorismo a la ciudad en la que yo vivía en aquella época, y en la que sigo viviendo, que es Madrid. Yo he visto desaparecer a uno de mis vecinos por obra de una bomba lapa puesta en su coche, y por poco desapareció con sus dos hijos pequeños que, afortunadamente, se bajaron a tiempo de ese coche. Yo he ido por la M-30 una mañana de atasco y he visto estallar un coche bomba en la calle de la Virgen del Puerto, cuando acabó la tregua del año 2000“.

Es decir somos muchos los españoles que hemos visto cómo esto afectaba realmente a nuestra libertad y a nuestros derechos“.

Pero en este libro, aparte de todas esas historias, también están las historias de personas que decidieron sacrificar su existencia, que decidieron empeñar sus esfuerzos en tratar de acabar con esta amenaza, y dentro de esas aventuras singulares creo que hay un montón de grandes historias. Un montón de grandes historias que tienen el valor de haber contribuido a un resultado positivo para el conjunto de la sociedad, pero que también, incluso aunque no hubieran conducido a ese resultado, creo que tienen el valor del esfuerzo, el valor del sacrificio, el valor del servicio a los demás y el valor de la voluntad. Voluntad para sobreponerse a situaciones que en algún momento parecían insoportables e insuperables“.

El libro, tanto la versión extendida, Historia de un desafío, con mucho detalle, como el resumen, Sangre Sudor y Paz, donde hemos intentado tanto Gonzalo Araluce como yo, que somos quienes nos hemos incorporado junto con Manuel, para dar forma a ese libro, contiene un relato, creo, muy completo y bastante ordenado de cómo se produjeron los acontecimientos. Creo que tiene el valor de trasladar al lector una comprensión sintética, pero al mismo tiempo profunda, de cómo evolucionó la lucha antiterrorista“.

El libro narra desde aquellos primeros momentos en los que la organización terrorista iba cláramente por delante de las Fuerzas de Seguridad, sorprendiendo una y otra vez a la policía, a la Guardia Civil, actuando de manera absolutamente impredecible, frente a unos Cuerpos de Seguridad que tenían muy poca información sobre ellos y que reaccionaba de forma puramente impulsiva , reactiva, en el momento, sin tener una gran eficacia, y el libro cuenta cómo se produce el desarrollo de esa acción hasta llegar a un momento en el que cada vez más se dispone de información sobre la organización, se es capaz de anticipar sus movimientos, hasta llegar a este momento final en el que el conocimiento de la organización , de su forma de actuar, de sus actividades, de sus métodos y de sus infraestructuras es tan profundo que lleva al resultado fianl que todos conocemos, de imposibilidad operativa para los terroristas, que desemboca en el cese de su actividad.

El libro hace un relato bastante comprensible para cualquier lector de este proceso, pero por el camino va contando una historia que es la gran historia que está detrás de la lucha antiterrorista.

Una historia principalmente de servicio público, de personas que asumen estar en primera línea y pagar un precio muy superior al que pagan sus conciudadanos, para preservar precisamente la libertad y los derechos del resto de los ciudadanos.

Este tipo de movimientos siempre han sabido revestirse de un aura de progresismo, revolución, de alzamiento frente a poderes oscuros.

Pero cuando uno analiza la mecánica y la dinámica de estos movimientos, se encuentra con movimientos profundamente totalitarios cuya principal meta u objetivo es la negación de libertad y de derechos a los demás.

Operación antiterrorista en Bilbao

Durante muchos años, a sectores amplios de la sociedad española, les costó darse cuenta de hasta qué punto estaban en juego los derechos y las libertades de todos, y hasta qué punto esos hombres y mujeres, con uniforme de la Guardia Civil, de la Policía, o de otros Cuerpos de las Fuerzas Armadas, lo que estaban defendiendo no era una idea abstracta de Estado, no era ni mucho menos eso con lo que muchas veces, maliciosamente, se identificaba, sino que lo que estaban defendiendo eran los derechos y las libertades de todos los ciudadanos, de aquellos que pudieran pensar como ellos y de aquellos que pudieran tener otra forma de ver la vida y otra forma de entender la realidad.

Este libro cuenta el triunfo de un estado de derecho frente a una banda terrorista recurriendo a las herramientas del estado de derecho. Cuenta cómo en esa lucha profundamente asimétrica, una parte no renunciaba a nada, no renunciaba a asesinar niños, no renunciaba a atacar a traición, no renunciaba a ningún tipo de infamia. La otra parte logró vencer y logró prevalecer aplicando la ley, aplicando la justicia, y aceptando ese procedimiento, lento y laborioso, de imponer el estado de derecho por las vías del estado de derecho.

Resaltó Lorenzo Silva que el trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de la Guardia Civil, de la que se ocupa fundamentalmente este libro, pero también de otros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, no era un trabajo que pudiera hacerse de cualquier manera. Era un trabajo que tenía que hacerse valer ante unos jueces que aplicaban las leyes y aplicaban las garantías y todas las cautelas que establece un estado de derecho para poder enjuiciar a las personas imputadas por un delito, y que esos jueces no eran solo jueces españoles sino que también eran jueces franceses, unos jueces de otra jurisdicción , sometidos a otra ley y a otro Estado, a los que había que convencer con las pruebas obtenidas con arreglo al estado de derecho.

Al leer este libro resulta imposible sustraerse a la emoción, incluso a la conmoción que provoca leer cosas tan terribles como el asesinato de niños, el asesinato de padres delante de sus hijos, tantas vidas destrozadas de formas tan gratuitas por personas que muchas veces no tenían la más mínima calidad humana. Todo eso es terriblemente doloroso y hay momentos en los que la lectura del libro se hace con un nudo en la garganta y con un sobrecogimiento permanente.

Pero hay un momento en el que la historia, sin dejar de ser trágica porque continuaba la acción de la banda terrorista, empieza a mostrar el triunfo y empieza a mostrar cómo esa determinación, ese sacrificio, ese coraje, empieza a dar sus frutos, y al final, efectivamente, es una historia con final feliz porque quienes intentaron extorsionar, quienes intentaron imponerse por la violencia a los demás, tiene que acabar aceptando que no lo pueden seguir haciendo.

Es verdad que en los últimos tiempos se ha tratado de establecer, desde ciertos sectores, una narración que tiende un piadoso velo sobre muchas de las cosas que pasaron y que al final también incluso proponen una interpretación que sea la más cómoda y más confortable posible para aquellos que cláramente no se salieron con la suya.

El Senado acoge la celebración del acto “La derrota policial de ETA” (10-11-2017)

Lo que este libro pone en su sitio, con abundancia de datos y de manera absolutamente objetiva, de modo que en efecto no es necesario recurrir a ningún tipo de objetivo fue que no lo dejaron porque en un momento determinado les acometiera un rasgo de magnanimidad o de comprensión o de tolerancia, cosa que nunca estuvo en su ADN, sino pura y simplemente porque se vieron en la imposibilidad absoluta de seguir actuando y porque alguien mejor que ellos fue capaz de neutralizarlos. Esta es la verdad y a partir de ahí lo que tenemos es una nueva era , es el triunfo del estado de derecho, y ese triunfo de la democracia es el relato que contiene ese libro, es el triunfo de todos, pero principalmente es un triunfo de aquellos que más expusieron en primera línea.

Vivimos en un país con tendencia a la desmemoria, en dos formas, la negligencia y la desidia, y también por la vía de la manipulación. Muchas veces lo que recordamos es parcial, está lleno de omisiones, de personas que no se han tomado el cuidado suficiente de almacenar esa memoria, y muchas veces lo que recordamos está adulterado por manipulaciones. Este libro contiene el testimonio directo de los protagonistas , ese que tantas veces se ha perdido en la historia, en este caso no se ha perdido.

Así terminó su intervención Lorenzo Silva: “Este libro contiene también un relato completo de la historia. Es verdad que está hecho desde una parte, que está hecho desde el testimonio de unos guardias civiles, pero creo que no hay un relato tan completo de la historia como el que se contiene en este libro porque probablemente nadie llegó a conocer a la banda ETA tan profundamente como lo hicieron los guardias civiles.

Les puedo asegurar que es un libro en el que no hay ninguna intención de manipular nada. Los coautores del libro no necesitamos magnificar los logros porque son tantos que hablan por sí solos. No necesitamos enmascarar los errores porque esos errores fueron también el camino para los logros. Nosotros los asumimos y lo que nos mueve no es el afán de adulterar la historia en nuestro beneficio sino de hacerle justicia, de hacer justicia a todos los que dieron su vida, su sudor y su sacrificio por sus conciudadanos“.

Finalizó la sesión y nosotros, desde estas sencillas líneas de la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, finalizamos este extenso reportaje sobre la presentación de la magnífica obra que forman los títulos HISTORIA DE UN DESAFÍO, y SANGRE SUDOR Y PAZ, con nuestra felicitación a los organizadores del evento y nuestra enhorabuena a los coautores, Manuel Sánchez Corbí, Gonzalo Araluce y Lorenzo Silva, por dejarnos a todos tan extraordinario regalo. A Manuel Giménez Larraz, hijo de Manuel Giménez Abad, asesinado por ETA en 2001, transmitimos igualmente nuestro reconocimiento por su papel moderador y le agradecemos la exposición de sus recuerdos que nos llegaron con la intensidad y emoción de las palabras que nacen del dolor.

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