El pasado día 8 de mayo de 2017 asistimos, en la capital aragonesa, a la conferencia inaugural del ciclo, “LOS RETOS DE LA UNIÓN EUROPEA“, organizado por el Centro Universitario de la Defensa en Zaragoza.
Constará el ciclo de cuatro conferencias que serán impartidas, en el Patio de la Infanta-Ibercaja, los lunes, 8, 15, 22 y 29 de mayo, a partir de las 19.30 horas, por destacados expertos en la materia.
La primera de ellas llevaba por titulo, “LA POLÍTICA COMÚN DE SEGURIDAD Y DEFENSA DE LA UNIÓN EUROPEA DESDE LA PERSPECTIVA DE ESPAÑA“, y estuvo a cargo del capitán de navío Pedro José Sánchez Arancón, jefe del Área de Unión Europea, de la Dirección General de Política de Defensa.
Antes de que se iniciase la conferencia, en el Salón Rioja, tuvimos oportunidad de hablar un momento con Antonio Elipe Sánchez, director del Centro Universitario de la Defensa, y aprovechamos la ocasión para preguntarle, ¿Cuál es la motivación de este ciclo?, y esto es lo que nos respondió:
“Normalmente hacemos cada año un par de ciclos de conferencias, uno en primavera y otro en otoño, sobre temas de actualidad en los que el Centro Universitario de la Defensa tenga interés cultural o de investigación, porque uno de los objetivos que tenemos es la difusión de la cultura científica, sobre todo aquella que está ligada a la cultura de Defensa.
Puesto que se cumplen ahora 25 años del Tratado de Maastricht, y puesto que Europa está en boga, con el Reino Unido que abandona, Francia con una candidata que quiere irse, y los problemas que Rusia nos puede originar con las fronteras, nos pareció una excelente oportunidad para organizar un ciclo de conferencias con esta temática“.
Una segunda y última pregunta le hicimos y fue la siguiente: Asistimos a muchas conferencias y ciclos con esta temática, organizados por entidades diversas y querríamos saber si producen algún efecto positivo en realidad, ¿mueven a los Estados a tomar cartas en el asunto sobre estos temas que hoy son actualidad, sobre todo en lo referente al terrorismo yihadista, por ejemplo?.
He aquí la respuesta: “Este tipo de conferencias hay que plantearlas en su contexto. Lo que se mueve es la conciencia de las personas que acuden y que pueden transmitir lo que en estas conferencias se cuenta, cuáles son las problemáticas y qué medidas se pueden tomar. No se trata tanto de que tengan repercusión gubernamental o ministerial, sino de que las personas tomen conciencia de que la seguridad es muy importante y de que la Defensa es muy importante, y que gracias a tener unas excelentes Fuerzas Armadas y unos excelentes Cuerpos de Seguridad del Estado, no suceden más cosas de las que podían pasar“.
A punto ya de comenzar la conferencia dimos las gracias al director del Centro Universitario de la Defensa por su gentileza con nosotros y nos dispusimos a ocupar un lugar apropiado para tomar imágenes y datos de la misma.
Intervino en primer lugar Ana María Farré, directora de la Obra Social de Ibercaja para presentar este ciclo de conferencias y resaltar que a lo largo del año la Obra Social de Ibercaja intenta ofrecer en el Patio de la Infanta una variada programación de actividades sobre temas de actualidad por los que el público se interesa, siempre de la mano de profesionales que aportan solvencia, rigor, ciencia, y sabiduría acerca de los temas que se van tratando.
Así es el caso, dijo, “con el Centro Universitario de la Defensa, con el que ya llevamos años colaborando, y a quien agradezco que siga contando con la Obra Social de Ibercaja. Para nosotros es una aportación muy interesante la que nos hace, año tras año, a través de estos ciclos. Con el que hoy inauguramos quiero felicitarles por la elección del tema. Me parece que es muy importante pensar en global para actuar en local. Pensar en la Unión Europea y debatir sobre ella, en un momento crucial cuando celebramos el 25 aniversario del Tratado de Maastricht, me parece un tema que a todos nos preocupa y ocupa, porque estamos en un momento de profunda transformación del panorama geopolítico mundial, tras la desaparición de la Unión Soviética y la instauración de la unipolaridad norteamericana.
“Es un momento idóneo para debatir sobre Europa, para revisar, analizar sobre las necesidades de la Unión Europea, y debatir de la mano de profesionales expertos en esta materia, poder abordar desde distintas perspectivas la Unión Europea, sus retos tanto internos como externos, que actualmente están poniendo a prueba su entramado institucional y funcionamiento ordinario, creo que es un acierto”.
A continuación tomó la palabra Antonio Elipe Sánchez, para recordar en un principio que el CUD es un centro universitario, cuyo titular es el Ministerio de Defensa, que está adscrito a la Universidad de Zaragoza y ubicado en la Academia General Militar, siendo una de sus principales misiones la ayuda a la formación de los futuros oficiales del Ejército de Tierra y de la Guardia Civil, contando para ello con una plantilla de profesores jóvenes e ilusionados que desarrollan su labor investigadora aparte de la docencia.
Otra de las finalidades del centro es la de colaborar en la cultura de Defensa y cultura científica, y de ahí la organización de este ciclo de conferencias que interesa, no solamente desde el punto de vista docente sino también investigador y muy relacionado con la cultura de Defensa pues tres de sus conferenciantes son un capitán de navío y dos coroneles del Ejército de Tierra.
Hace sesenta años que se dieron los primeros pasos para la construcción de la Unión Europea con la firma del Tratado de Roma en 1957 y se cumplen ahora 25 años de la firma del Tratado de Maastricht, lo cual ya sería un buen motivo para este ciclo, pero es que además la UE está todos los días en las noticias. Tenemos un país importante de la UE que ha decidido separarse, con las consecuencias que eso puede llevar, hemos tenido una candidata a la presidencia de Francia claramente anti-europeísta, y tenemos al vecino del este, Rusia, convencido de que determinados países eran y deben ser suyos, creando un conflicto de fronteras poco claras con las repúblicas bálticas, que han sido parte de la Unión Soviética y parte de Rusia.
Por si esto fuera poco y siendo la Unión Europea defensora de la democracia y el respeto de los Derechos Humanos, vemos continuamente en las noticias preocupantes imágenes de la incesante llegada de refugiados y exiliados, procedentes de las costas de Libia y de otras zonas en conflicto, que ponen a prueba la tolerancia de los países de la UE.
Con esta inquietud, el Centro Universitario de la Defensa ha organizado este ciclo de conferencias titulado, “LOS RETOS DE LA UNIÓN EUROPEA”.
Seguidamente intervino María Teresa Sánchez Rúa, para presentar al ponente, señalando primero el momento crítico en el que se encuentra la Unión Europea, haciendo frente a desafíos que afectan a su cohesión e identidad, siendo además los ciudadanos de la UE cada vez más conscientes de la importancia de los problemas a los que nos enfrentamos, como los recientes atentados de París, Londres o Bruselas.
En este contexto España es uno de los países que más se distinguen por impulsar una política de aceleración del proceso de construcción de la Europa de Defensa, y para hablarnos de los motivos que hay detrás de esa política y sus consecuencias contábamos con el primer conferenciante del ciclo, Pedro Sánchez Arancón, oficial de la Armada y aviador naval.
Los primeros años de su carrera los pasó en varios escuadrones de helicópteros y buques de superficie, en dos de los cuales ejerció el mando en la mar. A partir de 2006 su carrera fue reorientada hacia el nivel político-militar de las organizaciones internacionales de Seguridad y Defensa. En primer lugar se unió a la representación militar española en la Sede de la OTAN, donde fue el oficial de acción naval encargado de las asociaciones estratégicas. Posteriormente pasó a la UE, donde sirvió primero en el Estado Mayor de la UE y luego en el Gabinete del Presidente del Comité Militar de la Unión Europea (CEUMC), donde fue el oficial responsable de todo lo relacionado con las Operaciones y Misiones Militares de la PCSD. En la actualidad es jefe de los asuntos de la Unión Europea en la Dirección de Política de Defensa, del Ministerio de Defensa.
Inició la conferencia Pedro Sánchez Arancón explicando que los países y ciudadanos de la Unión Europea se enfrentan a evidentes retos de seguridad, y por ello la Seguridad de la Defensa se encuentra ahora mismo en el centro de los debates. Recordó la primera Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de los Estados miembros, celebrada en septiembre pasado, y las conclusiones más importantes a las que se llegó en esa reunión, donde se determinó que los tres ejes sobre los que se debería trabajar, para levantar el proyecto de UE, eran: hacer frente al reto de la migración, hacer frente a los problemas del desempleo sobre todo en las capas más jóvenes de la población, y dar respuesta a los retos de seguridad y defensa que tiene la UE, como reclaman los ciudadanos, según perciben los políticos, cada vez con mayor insistencia.
Por eso, dijo Pedro Arancón, que era muy apropiado abrir este ciclo con esta charla en la que nos hablaría sobre adónde va la UE en el ámbito de la Seguridad de Defensa y cómo España contribuye, y esta es una de las ideas fuerza, tanto en sus aspectos prácticos, donde España es uno de los grandes contribuyentes a la Seguridad de Defensa en Europa, pero también sobre sus desarrollos conceptuales.
Nos avanzó un guión sobre la charla, que intentaría encajar en el tiempo disponible, en el que nos haría una breve descripción del estado actual de la Política Común de Seguridad de Defensa, aportaría algunas ideas acerca de su dirección y expondría finalmente la visión española sobre la cuestión.
Al hablar de retos de la UE era inevitable referirse al Brexit y sobre él dijo Arancón que se añade a una serie de crisis que ya veníamos sufriendo en el proyecto de construcción europea, que empezó en 2008 con la crisis financiera, creando una fragmentación entre los países del norte y del sur, y siguió unos años más tarde con la crisis migratoria, que creó una fragmentación entre los países del este y del oeste, entre los países receptores de flujos migratorios y los países que, salvaguardados por la geografía, no tenían que hacer frente a este reto. A todo este ambiente de crisis general se añade el Brexit, que provoca una crisis de identidad y, sobre todo, una crisis de proyecto europeo.
Estamos también en un momento de crisis en el que nos cuestionamos los propios orígenes y por lo tanto la proyección hacia el futuro de la UE, pero al mismo tiempo estamos en un momento de oportunidades porque la Unión Europea, a pesar de que se enfrenta a una crisis de identidad y de credibilidad, tiene mucho que ofrecer.
A nivel, digamos, político, de población, la UE es la tercera potencia del mundo, pero ocupa el primer lugar como espacio económico. En el ámbito militar somos el segundo bloque, después de Estados Unidos, que más invierte en Seguridad y Defensa, admitiendo que se hace con cierta ineficacia, y por eso estamos en un proceso de aumentar la cooperación entre los Estados para mejorar los resultados proporcionales a esos recursos.
La crisis no nos debe hacer olvidar el proyecto europeo, que es un proyecto que puede ser criticado pero que en el ámbito global es un proyecto admirado y envidiado. Un proyecto atractivo pero sometido a tensiones y de lo que se trata ahora es de revitalizar ese proyecto, y la Seguridad de la Defensa es, como se decía antes, uno de los tres ejes que se han elegido para darle más vigor al proyecto europeo.
De eso habla el “Libro Blanco sobre el Futuro de Europa“, que presentó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en la Cumbre de Roma de 25 de marzo, en la que se conmemoraba el 60º Aniversario de la Unión Europea.
En ese libro se habla de cinco escenarios de evolución, que son futuribles, hacia los que la UE puede evolucionar, o no, según nuestro libre albedrío. Son estos:
Escenario 1: Seguir igual – La UE de los 27 se centra en el cumplimiento de su programa de reformas de acuerdo con el espíritu de las orientaciones de la Comisión de 2014 “Un nuevo comienzo para Europa” y de la Declaración de Bratislava, aprobada por los 27 Estados miembros en 2016.
Escenario 2: Solo el Mercado Único – La UE de los 27 se centra gradualmente en el Mercado Único al no alcanzar acuerdos los Estados miembros en un número creciente de ámbitos.
Escenario 3: Los que desean hacer más, hacen más – La UE de los 27 sigue funcionando como en la actualidad , pero permite a los Estados miembros que lo deseen una mayor colaboración en ámbitos específicos, como la defensa, la seguridad interior o los asuntos sociales. Surgen una o varias “coaliciones de voluntades”.
Escenario 4: Hacer menos pero de forma más eficiente – La UE de los 27 centra su atención en aumentar y acelerar los logros en los ámbitos de actuación prioritarios que han elegido, mientras que interviene menos en los que se percibe que no aportan valor añadido. Centra su atención y sus recursos limitados en un número reducido de ámbitos políticos.
Escenario 5: Hacer mucho más conjuntamente – Los Estados miembros deciden compartir más competencias, recursos y tomas de decisiones en todos los ámbitos. Las decisiones se adoptan con mayor rapidez a nivel europeo y se aplican con más celeridad.
Señaló nuestro ponente que lo primero que hay que preguntarse es, ¿qué es la Unión Europea?.
Dijo que, en su caso, después de llevar ocho años estudiando la cuestión, la única respuesta válida sería que, la UE es un proceso de construcción política, muy ambicioso porque lo que pretende es nada más y nada menos que una unión política, y cuando se habla de la parte de la Seguridad de la Defensa hay que comprender que la Política Común de Seguridad de Defensa no es más que una de las muchas políticas que contribuyen a crear ese embrión de paz, de política única, que es la UE. Quizás sea una de las políticas menos desarrolladas porque los temas de seguridad y defensa son temas que tocan muy de cerca el corazón y el concepto de la soberanía de los Estados miembros. Los Estados miembros son, somos, muy reticentes a ceder competencias a Bruselas de lo que consideramos una de las competencias claves, el concepto de soberanía de cada uno de los Estados, y los ejércitos, la seguridad, la defensa, son todos elementos que están muy cerca de ese núcleo del concepto de soberanía.
Mirando hacia atrás, algo sí hemos hecho en el ámbito de la Seguridad de Defensa, para algo sí ha servido la Política Común de Seguridad de Defensa para consolidar el proyecto europeo.
Actualmente las Fuerzas Armadas de los 28 Estados miembros de la UE tenemos en marcha seis operaciones militares, en cinco teatros de operaciones, con 3.500 efectivos.
Comparada con la operación estrella de la Alianza Atlántica, ISAF, en Afganistán, que llegó a tener 250.000 efectivos, es una operación modesta, pero esos 3.500 efectivos tampoco son algo baladí, sobre todo cuando se puede argumentar que están contribuyendo a marcar la diferencia sobre el terreno.La Unión Europea está desplegada en Somalia, en un terreno nada fácil como es el cuerno de África, igualmente en el Sahel, una zona de África que afecta muy directamente a nuestra seguridad.
También en el centro de África, quizás una zona de menor interés estratégico para España en particular y para la UE en general, pero donde se hace realidad el concepto de solidaridad, por ejemplo en la operación de la República Centroafricana, que es un concepto clave en el proyecto de construcción europeo, como decía Robert Schuman, uno de los padres fundadores.
“Europa no se hará de una sola vez, o en base a un único plan. Se construirá mediante logros concretos que primero crearán una solidaridad de facto“.
Esto lo dijo Robert Schuman, Ministro francés de Asuntos Exteriores, en 1950, en una Declaración que lleva su nombre, y que dio origen a la creación de la actual Unión Europea.
Estamos desplegados en el Mediterráneo Central, en una operación que en esencia es para hacer frente a las mafias que se lucran con el tráfico de emigrantes, procedentes de Libia en su mayoría, pero al mismo tiempo hacemos una labor humanitaria muy importante, y estamos presentes en los Balcanes.
No podemos cuestionar los asuntos de Seguridad de Defensa porque afecten al núcleo de soberanía de los Estados miembros, pues cada día más los Estados miembros perciben que realmente la cooperación en Defensa es la única garantía de que podamos hacer frente a esos retos en un entorno de seguridad en el que cada vez más los Estados aislados son incapaces de responder a la mayoría de retos y amenazas.
Pasó el conferenciante a hablarnos acerca de la estimación de lo que es la Política Común de Seguridad de Defensa, que se fundamenta en el Tratado de Lisboa, en vigor desde finales de 2009, aunque tiene su origen en los años 50 cuando se creó la Unión Europea Occidental.
Los hechos más importantes que han sucedido desde entonces son:
La definición en 1992, del área denominada Espacio Petersberg, con lo que la Unión Europea Occidental confirmó su intención de covertirse en un proveedor de seguridad. La Declaración Conjunta UE-OTAN, en 2002, por la que se estableció una sociedad estratégica entre las dos organizaciones, un proceso de consultas, el refuerzo mutuo de capacidades militares y se establecieron los acuerdos Berlín Plus, que permiten a la UE el empleo de capacidades de la OTAN para la ejecución de operaciones militares.
A juicio de Sánchez Arancón, el tercero de los hechos más importantes del pasado lejano, es la publicación de la Estrategia de Seguridad Europea, en 2003, y cuando se ejecuta la Operación Concordia, primera operación militar de la Unión Europea, llevada a cabo en la antigua república yugoeslava de Macedonia.
La Estrategia de Seguridad Europea, viene a ser un signo de madurez de la UE respecto a la Seguridad de Defensa. Si quisiéramos comparar la Política Común de Seguridad de Defensa con el proceso de conocimiento de una persona podríamos decir que 2003 es el comienzo de la pubertad, que es cuando la persona empieza a decidir qué es lo que quiere ser.
Así llegamos a la Política Común de Seguridad de Defensa actual, con su marco legal definido por el Tratado de Lisboa el cual establece la Política Exterior y de Seguridad Común, y subordinada a ella la Política Común de Seguridad de Defensa.
Se suele pensar que la Política Común de Seguridad de Defensa se centra solamente en la dimensión exterior, en el despliegue de Fuerzas fuera de la UE para el cumplimiento de las Misiones Petersberg, antes aludidas y ahora denominadas Petersberg Plus, porque el tratado de Lisboa las amplió ligeramente, las matizó y les dio más contenido. Pero la Política Común de Seguridad de Defensa tiene también una misión interna, plasmada en la Cláusula de Asistencia Mutua, invocada por Francia después de los atentados de Bataclán.
La Cláusula de Asistencia Mutua es similar al artículo 5 de la Alianza, que obliga al resto de Estados miembros a acudir en defensa de un Estado que haya sido objeto de una agresión externa.
Ahora bien, ese artículo 5, que es la esencia de la OTAN, está recogido conceptualmente en la Cláusula de Asistencia Mutua de la UE, pero con una limitación importante y es que reconoce que determinados miembros consideran que su defensa mutua está dentro de la OTAN y que los países que hayan sido objeto de un ataque externo no tienen necesariamente que recurrir a la UE y pueden hacerlo en la Organización Territorial del Atlántico Norte.
Con lo cual la realidad es que la organización de la cual dependen la mayoría de los Estados miembros para la defensa mutua es la Alianza, más que la Unión Europea.
De los 28 Estados miembros, 22 lo son al mismo tiempo de la Alianza y de la UE, pero existen 6 Estados miembros que no lo son, y que no están cubiertos por el artículo 5 de la OTAN, es decir que en caso de una agresión externa, Rusia, Finlandia, Austria, Irlanda, Chipre y Malta, que son los Estados que no son miembros de la Alianza, solamente podrían recurrir, para garantiza su defensa mutua, al resto de los Estados miembros.
Por último, el Tratado de Lisboa tiene también, en su artículo 42.2 una cláusula muy importante sobre el nivel de admisión de la Política Común de Seguridad de Defensa y es que indica la posibilidad de establecer una defensa común cuando los Estados miembros así lo decidan, una defensa común que quiere decir un ejército común, algo que hoy no existe. Pero existen Estados miembros que dan, poco a poco, pequeños pasos en esa dirección, siendo España uno de los países que de una forma más decidida avanzan hacia ella.
Quiso, Sánchez Arancón, detenerse unos instantes en explicar cómo es, a efectos prácticos, la Política Común de Seguridad de Defensa, y resaltó la importancia de un enfoque integral, que es “el empleo sincronizado de todas las herramientas disponibles por la UE en apoyo de su acción exterior“. Esta es la diferencia de la UE frente a otros actores, como pueda ser la OTAN, en el ámbito de la Seguridad de Defensa. Es el principal valor añadido porque la Unión Europea, al contrario de otras organizaciones, dispone de un amplio abanico de instrumentos, como son la diplomacia, instrumentos económicos, apoyo a la construcción del Estado de Derecho, desarrollo, y por supuesto también el instrumento militar.
Todos esos instrumentos, de una forma sincronizada, coordinada, son necesarios en la gestión de las crisis que surgen en nuestro entorno y a las que nos enfrentamos. No se puede concebir la actividad militar de la UE, por ejemplo en el Sahel, sin considerar al mismo tiempo todo el resto de actividades que la UE está llevando a cabo allí, como son ayuda al desarrollo, asistencia humanitaria, acción política/diplomática, y otras.
Podríamos preguntarnos, ¿si la UE es una organización tan perfecta, por qué no es la única que actúa en el ámbito de la Seguridad de Defensa?. La razón es que su capacidad militar no es de la misma entidad o magnitud que la de la OTAN, que tiene una estructura permanente de mandos de 8.000 personas en sus Cuarteles Generales, empezando por el de Bruselas, que es el Principal Cuartel General de la Alianza. La UE no tiene nada similar y su capacidad es más limitada.
Cada operación militar que tiene que hacer la UE ha de pedir a los Estados miembros que aporten sus cuotas. Estos 3.500 efectivos de los que hablábamos, son generados después de un largo proceso en el que los Estados miembros contribuyen de forma voluntaria a estas operaciones.
La UE sí ha establecido un paquete de Fuerzas capaces de satisfacer las Misiones Petersberg y es lo que se denomina Catálogo de Fuerzas de la UE, y su objetivo final es que la Unión Europea puede disponer de 60.000 efectivos y una respuesta de 60 días, que es un Nivel de Ambición excesivamente alto y que ahora está en revisión, con varios puntos de vista.
Uno de ellos es que este Catálogo de Fuerzas no se formuló en su momento con arreglo a un Nivel de Ambición, sino de una forma un tanto teórica. Ahora, en noviembre pasado, los ministros de Defensa dieron respaldo a un Nivel de Ambición, que después fue presentado y también respaldado, en diciembre, por los jefes de Estado y de Gobierno. Este Nivel de Ambición está
redefiniendo el Catálogo de Fuerzas, que será menos ambicioso pero mucho más realista.
La Unión Europea tiene unos elementos de respuesta rápida, lo que se llama Grupos de Combate de la UE, denominados Battlegroup, que son elementos de una entidad de Fuerza reducida, entre 1500 y 2500 efectivos, pero de muy alta disponibilidad. Hay dos en situación de alerta, en situación de guardia permanente, con una disponibilidad de entre 5 y 12 días.
España tiene la política de actuar como nación marco, que proporciona el grueso de una Fuerza de estas características, un semestre cada tres años, por lo que contribuimos en un 15% al esfuerzo en la generación de estos Grupos de Combate.
Una limitación importante es que la Unión Europea, como se ha dicho, no dispone de una estructura de mando y control permanente como la OTAN, y lo que tiene son seis Cuarteles Generales distribuidos entre los Estados miembros, que están latentes, que se activan con ocasión de las operaciones militares, y que son los que tendrían que llevar el planeamiento estratégico y posteriormente la conducción de las operaciones militares.
La postura nacional de España es que esta estructura de mando y control de Cuarteles Generales que están latentes no es óptima porque unos Cuarteles Generales que están latentes son limitados, y no disponen de la eficacia, la contundencia y la agilidad en la respuesta que tienen los Cuarteles Generales permanentemente activados.
Por ello España considera, y estamos trabajando en esa dirección y pronto veremos frutos, que la UE debería disponer de su propia capacidad permanente de planeamiento y conducción a nivel estratégico, con capacidad para asumir tanto misiones civiles como operaciones militares. Esta es una de las novedades importantes de todo este debate que hay ahora mismo en Europa sobre el futuro de la UE y sobre el futuro de la División de Seguridad de Defensa dentro de la UE.
Respondiendo a la pregunta que podríamos hacernos acerca de lo que está haciendo la UE en la actualidad y referido a las operaciones militares, diremos que la UE está especializada ahora en dos tipos de operaciones militares.
Una, operaciones marítimas, digamos de la parte baja del espectro de las operaciones marítimas. Ahora mismo hay una en marcha, en lucha contra la piratería, en el cuerno de África, la Operación Atalanta, y otra de lucha contra los que se lucran y sustentan el tráfico ilegal de inmigrantes, en el Mediterráneo Central, que es la Operación Sofía. Tenemos otras tres operaciones en marcha, de las que se llaman de construcción de capacidades, que son de adiestramiento y ayudas a países fallidos o semi fallidos, a desarrollar sus propias estructuras de Fuerzas Armadas para que sean ellos mismos capaces de hacer frente a sus propios retos de seguridad. Ahora mismo tenemos tres de estas operaciones, una en Mali, una en Somalia, en Mogadiscio, y otra en la República Centroafricana.
Nosotros, en la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, lo que tenemos es que poner punto final a esta crónica, y lo hacemos felicitando al Centro Universitario de la Defensa en Zaragoza y a la Obra Social de Ibercaja, por la organización de este ciclo de conferencias, y a Pedro José Sánchez Arancón por habernos deleitado con la primera de ellas, titulada, “LA POLÍTICA COMÚN DE SEGURIDAD Y DEFENSA DE LA UNIÓN EUROPEA DESDE LA PERSPECTIVA DE ESPAÑA“.