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CONFERENCIA “LAS BATALLAS DECISIVAS ENTRE LOS IMPERIOS ISLÁMICOS Y LA ESPAÑA CRISTIANA 1085-1212” (Real Maestranza de Caballería de Zaragoza)

El Teniente de Hermano Mayor de la RMCZ dio inicio al acto

El pasado 12 de febrero de 2020 tuvimos el placer de asistir, en la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza, a una magnífica conferencia, titulada “Las Batallas decisivas entre los Imperios Islámicos y la España Cristiana 1085-1212”, impartida por D. Antonio Pérez Henares, que se enmarca dentro de los actos conmemorativos del CCCLXI Aniversario de la fundación del Regimiento de Caballería España.

Tuvo lugar en el impresionante Salón de Tenientes, de este bello palacio aragonés del siglo XVI, a partir de las 19.00 horas, ante la presencia de numeroso público.
Asistieron, entre otros, los siguientes dignatarios de la institución nobiliaria aragonesa: Teniente de Hermano Mayor, Excmo. Sr. D. Luis Navarro y Elola; Secretario, Ilmo. Sr. D. Enrique Caro y Valenzuela; Habilitador Primero, Excmo. Sr. D. José María de Arias y Sancristóval.

Asistieron igualmente los siguientes mandos militares:: Jefe de la Brigada Aragón I, GB. Excmo. Sr. D. Javier Mur Lalaguna; Delegado de Defensa en Aragón, Coronel Ilmo. Sr. D. Conrado José Cebollero Martínez; Jefe del Órgano de Apoyo al COMIL de Zaragoza y Teruel, Coronel Ilmo. Sr. D. Fernando Ruiz Idiago; Jefe del Regimiento España 11, Coronel Ilmo. Sr. D. Carlos Manuel Mendoza Pérez.

La Asociación Cultural Los Sitios de Zaragoza, estuvo representada por su Presidente, D. Gonzalo Aguado Aguarón, y los Reales Tercios de España estuvieron representados por D. Manuel Grao Rivas, Jefe de RR.PP. e Institucionales del Tercio Norte-Aragón.

Antes del inicio del acto, como es preceptivo en todas las sesiones de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza, el Teniente de Hermano Mayor, pidió que nos levantásemos mientras descubría el retrato del Rey Felipe VI, en señal de respeto a Su Majestad.

A continuación Luis Navarro y Elola pronunció las siguientes palabras:

Es para mi un honor como Teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza darles la bienvenida a nuestra casa en la tarde de hoy para asistir a la conferencia que va a impartir nuestro ilustre ponente.
Como muchos de ustedes saben la RMCZ está hermanada con el Regimiento de Caballería España. En estos días se conmemora el CCCLXI Aniversario de la fundación del Regimiento España y uno de los actos culturales de esta celebración es la conferencia que D. Antonio Pérez Henares va a pronunciar sobre el tema, “Las Batallas decisivas entre los Imperios Islámicos y la España Cristiana 1085-1212.

Me acompaña en la mesa, además del conferenciante, el Coronel Jefe del Regimiento España, D. Carlos Manuel Mendoza Pérez, a quien damos nuestra más afectuosa bienvenida a nuestra casa, que es la suya, así como a todos los jinetes del Regimiento España.

Es para nosotros un alto honor colaborar con nuestros hermanos jinetes del España en este ya tradicional acto cultural que celebramos conjuntamente para conmemorar el aniversario de la creación de este importante Regimiento de Caballería que lleva el glorioso nombre de España. Como dice el primer lema del Regimiento España “el mayor orgullo de cada día es servir en la caballería”, y esa es una de nuestras funciones como maestrantes de Zaragoza.

A continuación cedo la palabra al Ilmo. Sr. Coronel, Jefe del Regimiento España, D. Carlos Manuel Mendoza para que presente a nuestro ilustre ponente D. Antonio Pérez Henares.

Intervino el Jefe del RC España 11 y, entre otras cosas, dijo lo siguiente: Antes de presentar al conferenciante, voy a presentar la conferencia.

Coronel Jefe del RC España 11

Como saben, El regimiento de Caballería España y la RMCZ están hermanados. Como es evidente compartimos algo, caballería, pero también nos unen muchas razones históricas y para encontrar la más importante hay que buscarla en la historia lejana, una historia de la España medieval, cuando la nobleza eran combatientes y combatientes a caballo, y las Ordenes Militares eran de Caballería, y por eso esta conferencia nos va a retraer a esta época medieval y a un momento histórico y fundamental para la historia de España, terminando en la Batalla de las Navas de Tolosa, donde nosotros nos identificamos, sin duda, con las huestes de López de Haro, con los escuadrones de las órdenes militares y donde los maestrantes de caballería estoy seguro que muchos de ellos pueden encontrar sus orígenes en ese momento culminante.

Luego, referido al ponente, el Coronel Mendoza dijo ser complicado presentar a alguien tan polifacético como Pérez Henares.

Es, ante todo, periodista, viajero y escritor. Como periodista empezó su labor en varios diarios, como Pueblo, Mundo Obrero, Tribuna, La Razón, y fue testigo de acontecimientos históricos de la época que decimos de la transición. Ha sido, además, comentarista político radiofónico en programas de Radiotelevisión Española, en La Sexta, en televisión de Castilla y León. Como escritor tiene más de treinta títulos, también de temas muy diversos, biografías como la de Miguel de la Quadra-Salcedo, o de Buero Vallejo; tiene libros sobre sociología política y, sobre todo, su labor como escritor de novela histórica, de hecho es el Presidente de la Asociación Escritores con la Historia, que aúna las mejores plumas de éste tipo de novela en España. Él empezó con una serie ambientada en la prehistoria. Empezó con un título, Nublares, pero la serie la componen varias novelas.

Autorizó Pérez Henares, que se diera en la presentación de la conferencia, la primicia sobre su nuevo proyecto acerca del gran conquistador Cabeza de Vaca. Pero por lo que le conocemos y por lo que vino a darnos esta conferencia es por sus novelas históricas, de la época del Medievo, concretamente La Tierra de Alvar Fáñez, basada en el gran compañero del Cid, y El Rey pequeño, que es el Rey Alfonso VIII, llamado el de las Navas.

A continuación se proyectó un breve vídeo, relatado por el propio Pérez Henares, que cuenta lo siguiente:

Autoridades y personalidades asistentes

El Rey pequeño es la historia de un niño huérfano que con tres años hereda la Corona de Castilla y que, lógicamente lo acosaron y su custodia se la disputaron las principales familias castellanas, su propio tío el Rey de León. Ese niño iba a curtir un carácter excepcional que se iba a sobreponer a mayores percances y vicisitudes, a derrotas incluso tan tremendas como la Batalla de Alarcos. Pero ese niño iba a ser Alfonso VIII el gran Rey de Castilla que cambió el curso de la Reconquista, el Rey que venció en la Batalla de las Navas de Tolosa, quizás la batalla más crucial del cristianismo y el islam a lo largo de todos los tiempos.

Se casó muy niño con Leonor de Plantagenet, que era nada menos que la hermana de Ricardo Corazón de León. Él si que vivió un verdadero juego de tronos, y no hacía falta dragoncillos. Los cinco reyes cristianos eran primos y eso no significaba, sino todo lo contrario, que se llevaran bien, las lindes siempre han sido motivo de muchas peleas. Pero esta no solo es una historia de reyes, ni de nobles, ni de batallas, no. La epopeya que se muestra a través del personaje de ficción, clave, huérfano como el rey y amigo suyo en la infancia desde la huida de ambos de Atienza, es la historia, la epopeya de lo que fue los caballeros de Tierra, los caballeros de Villa, los repobladores castellanos de toda la transierra . Esa gente que vivía con una mano en la estiba del arado y con la otra en la lanza, prestos a montar a caballo, a defenderse o a atacar la frontera, un territorio peligroso donde, en una noche, la caballería musulmana podía atacarte, podía destruir tus cosechas, quedarse tus ganados, llevarse cautivos a tus hijos, violar a tus mujeres y, por supuesto, a tí mismo.

Si, pero las tierras ya no eran del señor, eran suyas; sí, pero allí eran libres; si, pero allí elegían, en esos atrios de las iglesias o de las ermitas romanas, a sus jueces y a sus alcaides.

Ahí se creó la dignidad de Castilla, ahí empezó a balbucear la democracia al mandar esas gentes enviados a las Cortes. Ahí, quizás, está el origen de esa frase tan esencial que creo que es lo que trasciende la novela, son castellanos que podían decir, y así se sentían, “no soy más que nadie, pero menos que nadie tampoco”.

Creo que esa frase representa la dignidad y el esfuerzo de esas gentes de la frontera que ensancharon de verdad Castilla.

Una vez concluido el vídeo, intervino Antonio Pérez Henares, y la verdad es que, después de un breve capítulo de agradecimientos al Regimiento de Caballería España y a la RMCZ, nos sorprendió con estas sus primeras palabras: lo primero de lo que les quiero hablar es de un cuento chino que está introducido en la cabeza, prácticamente, de la sociedad española, el cuento árabe. El cuento chino es el cuento árabe.

¿En qué estoy hablando yo?, estoy hablando en un romance del latín, ¿no?. ¿Ustedes saben, por ejemplo que ponemos el color rojo en las fiestas por que lo ponían los romanos? O porque la siesta es la hora sexta. ¿Acaso los acueductos los hicieron los bereberes? Nos han metido una idea muy extraña de lo que somos estas gentes que han vivido en esta península, cruce de caminos desde el primer momento de la humanidad. Hasta los neandertales se extinguieron aquí. Aquí hubo lógicamente iberos, celtas, fenicios, griegos, cartagineses. Los Barca eran el partido hispano, el de Cartago. Al padre de Anibal le llamaban Amílcar Barca, que significa rayo, porque era muy rápido en sus ataques con la caballería.

¿Qué es lo que somos, ante todo, nosotros?, unos ciudadanos romanos. ¿Cual es nuestra lengua, cuál es prácticamente nuestro Derecho? Desde que el primer Escipión pone el pie en Sagunto, hasta que lo pone Tariq, pasan nueve siglos, de los que al parecer nos olvidamos, aunque yo esté hablando en un derivado del latín, aunque llame siesta a la hora sexta y aunque las fiestas se señalen en rojo.

Insistió Pérez Henares en que nos han contado que llegaron aquí los árabes y poco menos que civilizaron esto. No, no, es exactamente lo contrario. Los que aquí llegaron fueron unas tropas bereberes, absolutamente salvajes, islamizadas hacía muy poco tiempo. Pero aquí ya existían las calzadas romanas, y existía Emérita Augusta, los grandes acueductos y los grandes regadíos, Hispania era de donde salía el aceite y el vino, y las tres provincias de Hispania fueron las que llegaron a dominar el imperio romano. ¿De dónde creen muchos que eran Trajano, Adriano y Teodosio, por ejemplo.

Hizo un inciso el ponente para recomendarnos que visitásemos Cuenca, donde se ha descubierto un mosaico, tan imperial, que solo puede ser, posiblemente, de Teodosio o de su hermano. Un mosaico de 350 metros cuadrados que va a ser una gran novedad.

Antonio Pérez Henares

Somos romanos ante todo, nuestra cultura, nuestra lengua, nuestro Derecho están ahí. Cuando llegaron los visigodos por primera vez eran tropas auxiliares de los emperadores romanos y eran ya cristianos, y a través de los romanos nos llega lo que es la religión predominante y que ha curtido la historia.

Quiso, Pérez Henares, poner esta primera visión porque vivimos con la historia estúpida de los árabes. Árabes aquí vinieron muy pocos. Por fortuna vinieron árabes que eran, si ésta era la gran provincia que ponía y quitaba emperadores, la otra, de donde venían los omeyas, era Siria, y Siria tenía exactamente igual que aquí una potentísima cultura grecorromana que los omeyas habían asumido. Y ese príncipe omeya que llega aquí se encuentra en la otra provincia del imperio con el que tiene mucho en común. También ellos pusieron alguna emperatriz, en concreto Posteguillo lo ha novelado en JULIA, que era siria.

Nos dijo todo esto para que nos dejásemos de cuentos árabes. Si somos algo, somos descendientes de lo que fue esa Hispania que civilizó al islam y no al revés. Porque, entre otros lugares, era en Córdoba, capital de la Bética, donde estaban los baños y las termas romanas, y la primera Jefatura de Mando que tuvo Trajano, ¿dónde fue?, en la Séptima Legio, en León, donde iban a hacer el Cursus Honorum los romanos hispanos.

Otra historia es la de que no hubo Reconquista. ¿Entonces es que no hubo conquista?. Es una falsedad de absoluto calibre pero que está metida crecientemente en una serie de terminologías y si no se dice eso no se es progre. Por eso se ha creado Escritores con la Historia para, desde el conocimiento, acabar con todas estas estúpidas leyendas negras, que no son una, son quince.

Ante todo, ésta era una población civilizada, culta, potente, que soportó esas invasiones bárbaras, que en un momento determinado la conversión de Recaredo es clave en ese sentido y efectivamente aquí hubo un primer reino territorial que se llamó España, que tenía una capital, que era Toledo, y de ahí viene la importancia tremenda de Toledo en lo que es el imaginario colectivo, tanto de musulmanes como, todavía más, de cristianos. ¿Que no le llamaban Reconquista?, no, pero que la idea era esa está clarísima.

Alfonso VIII

La conquista musulmana está bien clara. Ellos toman la península con una rapidez tremenda, con la división de los visigodos, las traiciones, su capacidad de arrasar y, ¿qué te queda si tú eres invadido por el islam?, te quedan tres posibilidades: una es convertirte, que si tú ves que eso va a ir para mucho tiempo y te da muchas prebendas el convertirte, pues es lo que hizo una gran parte de la población hispana, porque ya eran ciudadanos de primera; otra es mantener tu religión y tus costumbres pero someterse, que es lo que hicieron los mozárabes, que efectivamente se someten y se convierten en ciudadanos de segunda, sujetos a unos impuestos tremendos y con la imposibilidad de medrar y prosperar; queda la tercera, rebelarte, que efectivamente pasó, aunque ahora se llegue a decir que no existió Covadonga. Hombre, Covadonga no fue lo de los 140.000 caldeos, está claro que no, pero sí que pasó algo muy importante. Hay documentos, que son tardíos, pero los hay, y no solo hay documentos cristianos, hay documentos musulmanes, que lo relatan. Eso es un mito fundacional, pero a partir de ahí el Gobernador musulmán de Gijón ya no volvió a aparecer más, ni jamás habrá ya gobernador en la zona. Y empieza a pasar algo tan importante que añada ahí el famoso Reino de Asturias y luego el de Galicia, y el de León. Esa idea de ir recuperando los territorios sí que está desde el primer momento en la imagen de los reyes cristianos, tanto del Reino de Asturias, Galicia, León, posteriormente Castilla, como del pequeño y montañés Reino de Aragón o incluso pequeños condados, en principio de Carlomagno, de la Marca Hispánica, o en lo que es el incipiente Reino de Pamplona.

Cuando se decía aquello de África comienza en los Pirineos, Giuseppe Pérez, famoso historiador francés, decía, si hay un país en Europa que se ha ganado con creces el ser europeo es España porque ellos han combatido por serlo durante siglos y siglos. España es el único territorio en el mundo que, una vez tomado por el islam, ha vuelto atrás. Abderramán se hacía llamar Rex Hispaniarum y, por cierto, le presentaba al Papa la terna de obispos. También es cierto que no hablaba nadie árabe, tanto es así que Abderramán dijo que por lo menos en la Corte hablaran árabe, porque toda la gente hablaba y se entendía en romance.

El poder musulmán es total y absoluto durante mucho tiempo, las aceifas son terribles. Alfonso II es el que fue al sepulcro del apóstol, que apareció muy oportunamente. El Apóstol Santiago era una necesidad absoluta y total de los reinos cristianos. Necesitaban un valedor y mejor no lo pudieron elegir, el Hijo del Trueno. Este rey hace una labor importantísima al yermar el otro lado del Duero, pero durante mucho tiempo la situación de inferioridad cristiana es tremenda, y las aceifas califales son terribles.

Se avanza, y hay grandes victorias, como en Simancas, contra Abderramán, pero luego llega el azote del dios musulmán, Almanzor, o Al-Mansur, señor de Algeciras, que destroza de nuevo los reinos cristianos. Toma Barcelona, toma Santiago, se lleva las campanas, es un momento difícil. Pero a la caída de Almanzor, a la caída del califato, el esplendor califal es inmenso, y esa cultura que ha venido de Siria con los Abderramánes, que se ha unido aquí a ese poso cultural hispanoromano, va a dar lugar a la ciudad más maravillosa de entonces, Córdoba, eso es innegable.

El esplendor de la Córdoba califal es absolutamente maravilloso, desconocido en el mundo, con un millón de habitantes, cuando por ejemplo la Zaragoza de los Hud podía tener 15.000, y León 5000, no mucho más. Córdoba era el emporio, llegaban las embajadas hasta del Gran Mogol.

Caballero cristiano

Pero eso es efímero, se hunde, se rompen los reinos de taifas, también en una guerra que ha existido siempre entre los árabes y los bereberes, porque efectivamente unas taifas eran árabes y otras bereberes. Los Hud, que son los que van a aguantar, son árabes, procedentes del Yemen. Los reyes de los Hud tienen ese origen. La maravilla de Zaragoza en la época, cuando el Cid fue Capitán General de los ejércitos de los Hud, es esa.

Otras taifas bereberes, como la del granadino Abd Al-lam, están ya muy influenciadas por lo español, son amantes del vino, del que dicen, es pecado pero venial. Para el integrismo islámico, estas eran gentes que se habían hecho españoles totalmente. En este momento se produce también el primer desnivel de la balanza. Lo lleva a cabo el rey, ya castellano-leonés porque se casa con la descendiente del Rey de León, Doña Sancha, Fernando I. Es posiblemente el primero que tiene en la cabeza el tablero de juego de tronos. Empieza a cobrarle parias a todos, la potencia de la caballería castellana es inigualable en este momento. Eso es lo que va a ceder, no a un hijo sino a dos, a Sancho II y a Alfonso VI. Luego pasó lo de Zamora.

Pero Alfonso VI, que es un rey injustamente tratado, en el Cantar y por los castellanos, es quien tiene ya una sabiduría y sabe perfectamente lo que hacer. Los reinos de taifas están divididos, él tiene la más potente caballería de toda España y lo que hace es ponerle parias a todo. De ahí vienen unas broncas incluso entre Rodrigo y el Conde de la Rioja, García Ordóñez.

Alvar Fáñez y el Cid, eran primos hermanos, posiblemente por parte de madre. Álvar Fáñez hace de gran capitán de la frontera, que ha dado un paso gigantesco, se ha tomado Toledo y se ha llegado del Duero al Tajo. A pesar de sufrir derrota tras derrota, Álvar Fáñes logra aguantar la frontera, que va a ser trascendental. Es un gran héroe a la sombra de su gran primo. La clave está en que, por una vez, los cristianos han pasado el Tajo y Toledo cae. La caída de Toledo es terrible en el mundo islámico, no puede ser, hasta la mesa del Rey Salomón estaba allí. Entonces aparece el primer gran imperio integrista, los almorávides. Ellos consideran que todos estos se han echado a perder, les gusta la música y la poesía en vez de combatir y llevar la yihad.

Acaban siendo camelleros en el Sáhara o directamente asesinados por los almorávides.

Los almorávides vuelven a unificar Al-Ándalus y se lanzan contra Castilla esencialmente. Empieza la caballería cristiana a saber lo que son los combates en campo abierto. La primera batalla perdida, después de ir ganando continuamente, es Sagrajas, pero la terrible es Uclés. A Al Qádir de Toledo se le ha quitado Toledo pero se le ha dado Valencia, pero él cede todo lo que es Cuenca, todo el otro lado del Tajo hasta Cuenca incluso, que toma Álvar Fáñez. Masatrigo, Uclés, Huete, todo eso queda en manos cristianas. El contraataque almorávide no se hace esperar y la batalla terrible es Uclés.

En el ataque iba el único hijo del Rey Alfonso, el Infante Sancho. Tenía doce años, dicen las crónicas, sabía montar, sabía blandir una espada pero no tenía fuerza en la mano para defenderse. Era hijo de Alfonso VI que había tenido muchas hijas, fruto de numerosas esposas y amantes, a las cuales reconoció. Una de ellas iba a ser el origen del Reino de Portugal. La única legítima era Urraca de Castilla, la que estuvo casada primero con Raimundo de Borgoña y luego se casó con Alfonso el Batallador.

Atienza (panorámica)

Alfonso VI sabe ya el peligro inmenso que se le viene encima. Él tiene un hijo, de una princesa árabe llamada Zaida, que era la viuda del hijo de Al-Mutamid, el rey de Sevilla, que se bautizó como Isabel y que tuvo a este infante, Sancho, que era la gran esperanza.

En Uclés, García Ordóñez, el malo del romance, muere de una manera heroica defendiendo el cuerpo del Infante Sancho los muros de Belinchón. Ellos cruzan el Tajo, Álvar sale de Zorita esencialmente con esa caballería serrana, la caballería Villana, la caballería que los Fueros habían ido haciendo, la caballería de Atienza, de todo lo que es la Extremadura Castellana, que eran absolutamente leales al rey porque era el que les había dado las tierras. Los Pardos, los famosos Pardos de Minaya. Hubo día en que, se iba produciendo una batalla y cuando llegaban los musulmanes donde estaban los pardos, los fronteros, decían, bueno esto lo dejamos ya para mañana. Y los de Aguadir combatían también con Álvar, que eran gente que habían sido deudos de estos reyezuelos de taifas, que al morir, como Al-Mutáwakkil de Badajoz, que fue asesinado él y toda su familia por los almorávides, combatían con las tropas de Álvar en esa frontera.

En el ataque sobre Uclés, que se va a defender el castillo que está cercado, la caballería cristiana carga pero es un territorio muy llano, que permite el despliegue de la caballería ligera almorávide, que logra flanquear al ejército cristiano, y rodearlo, con lo cual ya estaban perdidos. Álvar logra salvar una buena parte del Ejército, se retira Sancho Ordóñez, pero sabedores de que la batalla la han perdido los cristianos, las fortalezas y los musulmanes que vivían todavía en esas poblaciones, se sublevan en Belinchón y cuando van a refugiarse allí los condes cristianos, los matan. Fue un desastre brutal, siete condes castellanos muertos en un solo día. Dicen que los muecines cantaron a Alá sobre una pirámide de dos mil cabezas.

Se pierde Valencia y Al-Qádir es muerto, después la tomará el Cid, donde aguanta con Gimena 3 años. Finalmente, Alfonso y Álvar van y la rescatan, y se pierde. Se pierde un flanco muy bueno, que aguantaba el Cid, y que ahora van a tener que aguantar los de Castilla directamente. Pero aquí van a topar con una figura providencial, Alfonso I, que es injustamente olvidado en la historiografía. Él va a tomar, primero, Zaragoza, donde se había estrellado incluso Carlomagno, en lo que eran los muros y las fortificaciones de una ciudad impresionante. Nueve meses de asedio, pero la tomó. Y luego hay un elemento decisivo, la Batalla de Cutanda. Es la primera derrota terrible almorávide en campo abierto, y no es castellana, esa es una victoria aragonesa, y ya iba a empezar, de alguna manera, a tambalearse lo que es el imperio almorávide en Al-Ándalus.

Tanto es así que Alfonso el Batallador se permite el lujo de entrar en una aceifa, que no dura un mes. Hay que entender como se combatía en la Edad Media, se podía combatir durante un par de meses al año.

Alfonso manda una expedición sobre todo Al-Ándalus, que dura cerca de un año, y vuelve con 20000 mozárabes, acosados por los almorávides, y que son el origen de la maravilla del mudéjar, que también empieza ahí. Y se trae mucha riqueza, ¿cual?, los propios hombres, pues hay que poblar lo esencial. No es solo tomar un territorio, sino poblarlo. Es un hecho muy poco conocido pero muy decisivo.

La situación empieza de nuevo a restablecerse y el hijo de Urraca, Alfonso VII, que se había criado en Galicia, con el arzobispo Diego Gelmírez, empieza a reconstruir y tuvo algunas dificultades con su padrastro, que se hacía llamar Rey de Castilla, que lo fue mientras duró el matrimonio con Urraca. Con Alfonso VII ya se empieza a producir la descomposición del imperio almorávide.

De nuevo, en el desierto, aparece el que va a ser el imperio más tenebroso y terrorífico que ha conocido el mundo islámico, los almohades. Para que nos entendamos, si los almorávides eran Al Quaeda, los almohades eran el Daesh. El Mahdi Ibn Túmart, que es su gran profeta, dice que se puede matar musulmanes también si no creen en el Tahir. Los edictos del Daesh son los los mismos que las fatuas de Túmart, como copiados, y siempre con la obsesión de Al Ándalus.

Caballada de Atienza

Entran sobre la península Ibérica, donde también ha habido un período muy efímero de taifas con una figura increíble, el Rey Lobo, de Murcia y de Valencia, de origen cristiano y gran aliado de Alfonso VII. Los almohades entran a sangre y fuego y ahí la cristiandad hispana se va a enfrentar a la situación más terrible que han tenido. El Rey de Castilla había dividido el reino y había dado a Fernando León, y Castilla a Sancho. Muere el Rey de León y sucede lo de Atienza, la famosa caballada, que se celebra desde hace ochocientos cincuenta y tantos años, y es cómo salvaron, disfrazado de arriero al Rey Niño, llamado por los cristianos, o Rey pequeño llamado por los musulmanes. Surge la batalla entre los Castro y los Lara, porque el que tuviera al niño mandaría en el reino. Su tío dice, lo quiero tener yo porque soy su tio. Eso hubiera supuesto que Castilla estuviera en manos del Reino de León. Pasó muchas vicisitudes, forjó un carácter increíble y se casa con la hermana de Ricardo Corazón de León, la hija de la fabulosa Leonor de Aquitania.

Con catorce años ya había dado una prueba increíble, delante del castillo de Zorita, de que era rey.

Eran de los Castro y se rebelaron. Mandó a su hayo, lo más parecido a un padre, que tuvo, a Nuño Pérez de Lara, a negociar, pero el alcaide, después que entró, bajo el rastrillo y dijo que no iba a negociar nada. Alfonso mandó llamar a las mesnadas de las ordenes militares, dispuesto a no abandonar el lugar sin solucionar aquello.

Inmediatamente hubo una traición, se cargaron al alcaide, él tomó Zorita y tuvo un gesto de rey. Le pagó al traidor con monedas de oro por haber matado al alcaide y luego le mandó cortar las manos por haber traicionado a su señor, que era el alcaide. Eso fue un acto muy elogiado en su tiempo. Se dijo que Alfonso VIII no hizo nada vil, que siempre fue comprensivo.

La Reina Leonor es una reina fabulosa, una niñita normanda que hablaba francés pero que se convierte en la más castellana de las reinas.

Ella es la fundadora del Monasterio de las Huelgas y la que embellece Cuenca, con obras de canteros traídos de Normandia.

Este rey, que va de triunfo en triunfo, era muy bravo, muy impulsivo, y ese fue su gran error en Alarcos. No había perdido una batalla Alfonso VIII, había tomado Cuenca, estaba ampliando sus fronteras, no había rebasado el Tajo, estaba amenazando el Guadiana, había tomado Calatrava, que primero se dejó a los Templarios.

Alfonso VIII va a un combate en campo abierto, en Alarcos, sin esperar a su primo el Rey de León. Ataca con Don Diego López de Haro, Señor de Vizcaya, al frente, pero Alarcos es un desastre. El califa almohade plantea la batalla muy bien. Mientras los cristianos forman, en pleno verano, él permanece sin atacar durante dos días. Lo hace cuando le conviene, que es al amanecer y estando descansado. Se mueve muy bien, tiene incluso un apoyo. Un cristiano manda el ala izquierda del ejército almohade, el Castellano le llamaban, porque había sido de los Castros castellanos. La Batalla de Alarcos es un desastre tan brutal que toda la frontera castellana se hunde, Calatrava se pierde. Se pierde hasta estar prácticamente a las puertas de Toledo, como habían estado en la época de los almorávides. Los almohades tienen además una caballería y unos arqueros magníficos, que tiran desde el caballo utilizando la famosa técnica del tornafuye, prácticamente en todas posiciones, creando una auténtica sangría.

La caballería cristiana, en cuña, se ha encastrado contra las haces musulmanas. Ahí estaba el quid de la batalla. Si las haces musulmanas aguantan y las oleadas de caballería no logran romperlas, todo eso queda como empotrado, y en ese momento la caballería ligera entra por las alas y ellos mismos están metidos en su propia trampa.

Alarcos (Santa María)

En las Navas estuvo a punto de pasar y no sucedió de milagro. El adiestramiento que tenían era muy alto. No la caballería de Sierra o la caballería de las mesnadas concejiles. Si los almohades habían creado esos guerreros de la guerra santa, se crean a imagen y semejanza las Órdenes Militares, que también aprenden de Tierra Santa, y se crean las de Calatrava y Santiago entre otras muchas, que tienen una formación increíble, que son monjes-soldados. Zorita, después de la pérdida de Calatrava, fue su sede central y, desde luego, la prueba de su valor fue las Navas.

Después de Alarcos el desastre se cierne sobre toda Castilla. No solo eso, es que pasa una cosa terrible y es que el Rey de León y el Rey de Navarra se alían con los almohades y atacan a Alfonso VIII, que se ve cercado por León. ¿Quién es la única ayuda real que tiene Alfonso?, su primo el rey de Aragón. Primero Alfonso II, y después el gran Rey Pedro II, el caballero galante, que fue a las Navas el primero y estuvo desde el primer momento a su lado.

Alfonso tuvo que pasarlo realmente muy mal, tiene que firmar las paces, le quitan incluso, sus primos, castillos y territorios pero él tiene que aguantar. ¿Y qué hace?. A los hijos de los muertos en Alarcos los va a hacer el instrumento de su venganza. Esos hijos van a ser cuidados por el rey en las Órdenes de Caballería, para ser el instrumento con el que se va a vengar en las Navas. Todo es un preparativo para una confrontación definitiva. Y hay suerte porque Al-Mansur tuvo un hijo, que no eran precisamente el genio militar que él fue, An Nassir. El gran califa musulmán, acabado el plazo de tregua, hace la siguiente bravata: Abrevaré mis caballos en las fuentes del Vaticano, de Roma. Ese era el intento, aplastar los reinos cristianos, volver a tomar toda la península y pasar al otro lado de los Pirineos, que ya habían pasado, habían tomado Narbona.

Se lanza, en el 11, y comete un error tremendo. Los calatravos, en un golpe de mano, han tomado el castillo de Salvatierra. An Nassir cuando hace su primera gran aceifa se queda delante del castillo de Salvatierra, donde los calatravos se defienden valientemente, incluso contraatacan saliendo a campo abierto. Mueren casi todos y los que quedan ya no pueden más pero aún aguantan dos meses y ya no se puede seguir combatiendo, ya no hay bastimentos, ya no hay capacidad y hay que volver a las bases porque empieza a llover y la guerra no se puede hacer.

Alfonso no entra aquel año en campo abierto, está con Pedro II en las montañas y es al año siguiente cuando se produce el gran combate. Se hacen muchas cosas. Tienen que ver la Reina Leonor, los obispos, los arzobispos, Inocencio III decreta Cruzada. Vienen 40000 cruzados, el de Aragón el primero, 2000 caballeros de Aragón eran una potencia militar tremenda. Siempre hay que multiplicar eso por cuatro pues un caballero tiene al menos un escudero, dos peones y alguien que lleve otro caballo para cambiarlo en el curso de la batalla. La aportación de Pedro en la Batalla de Las Navas es importantísima.

Sancho VII el Fuerte, que por cierto era tataranieto del Cid Campeador, no quiere ir. Llega porque el arzobispo de Narbona, que era aragonés, le dice que vaya o le cae una excomunión, lo cual era cosa fuerte, y va para allí con 200. Pero se ha producido un hecho terrible en territorio cristiano, en Toledo. Han llegado 40000 cruzados, si, pero ellos no están acostumbrados a lo que pasa en España, en concreto que en Toledo hay una población judía increíble, y ellos quieren asaltar la aljama y van a asaltarla, pero de pronto los caballeros castellanos y aragoneses se arman y se ponen a las puertas de la Aljama de Toledo y dijeron a los francos, esta noche no mataréis hebreos.

Esto está muy poco contado

Jinete moro

Luego, cuando se llega a Calatrava y se toma al asalto, cuando están perdidos los musulmanes, los andalusíes, los hispano-musulmanes, y piden un amán, se les deja ir, cuando ellos querían matarlos a todos. No entienden que no se mate a un musulmán, y se van, se marchan. De los cruzados que vinieron quedan muy pocos, los que venían con el obispo o arzobispo de Narbona y pocos más, los que estaban bajo la égida de Aragón, de Rosellón y la Cerdeña, muy pocos.

Entonces Al Nassir dice, esta es la mía, han tenido una deserción de 40000 hombres. Es cuando él sale de Úbeda y dice, avanzo, bloqueo los pasos de Sierra Morena, el Paso de la Losa. Bloquea todo eso, toma el Ferral y dice, tendrán que volver y atacaré en su retaguardia cuando se retiren.

Efectivamente deciden seguir, llegan al Paso de la Losa, se logra traspasar la cordillera y de pronto el califa, que ya está en las Navas, ve que lo están bajando. Intenta cortar esa bajada pero no puede, ya se aposentan en la mesa del rey y Alfonso ha aprendido de sus errores. Descansa tranquilamente, espera y busca su momento de combate y lo lanza, en pendiente, con una tremenda eficacia, aunque la masa era tan tremenda al otro lado que la cosa estuvo en un tris.

Diego López de Haro, que había estado en la derrota de Alarcos, cruza unas frases duras con su hijo, que en un momento de la batalla le dice: padre, si hay que morir se muere, pero que no me llamen hijo de traidor. Porque en Alarcos él se encierra en el castillo, logra un amán y salva una muy buena parte de las tropas castellanas, rinden el castillo y les permiten irse por una mediación del Castro que combatía con los otros. La cuestión es que el padre le contesta: hijo de puta sí te llamarán, pero de traidor no. Dijo esto porque la mujer de Diego López de Haro se le había escapado con un herrero.

En cuanto al desarrollo de la batalla, la caballería carga. Fundamentalmente hay tres alas. En el centro van muchas mesnadas concejiles, de Segovia, de Ávila, de Atienza, de Guadalajara, que combaten en el centro, que apoyan al flanco de los caballeros aragoneses y sobre todo a los pocos que van por el lado navarro. Hay un momento en el que el centro se para. Se llevó por delante a los voluntarios de la yihad, sin problemas, pero cuando chocan con las haces almohades, las sucesivas oleadas, la primera y la segunda, no logran romper y empiezan de nuevo a hacer el despliegue de la caballería ligera, con los arqueros, que eran turcos o provenían de esa zona. Incluso la caballería pesada almohade también entra en combate. Ahí es cuando se produce el momento totalmente decisivo. Esto está perfectamente contado porque hay un cronista excepcional, que es el propio Arzobispo de Toledo, Don Rodrigo Jiménez de Rada, que además es un fabuloso narrador y tiene unos detalles increíbles. Él cuenta que Alfonso se quiere lanzar porque esta vez sí se ha dejado una retaguardia. Se ha dejado unas fuerzas muy importantes.

Quien está llevando ya todo el peso de la batalla, las mesnadas concejiles están cediendo, es la caballería nobiliaria, sobre todo las órdenes religiosas. La prueba es que los Maestres, el de Santiago muere en la batalla, al de Calatrava de cortan un brazo, y mueren sus más cercanos, y el del Temple también muere.

Calatrava la Vieja

El hecho de que tres Maestres mueran o resulten tremendamente malheridos, indica que la mortandad tuvo que ser tremenda entre los otros caballeros. Obispos solo murió uno, que eran señores de mesnada, el de Burgos. Hay un momento decisivo en que hay que mandarlo todo y entonces dice Alfonso, vamos y muramos hoy. Pero Rada le dice, no, vayamos y venzamos hoy. Se ha mandado a Domingo Pascual con un guión, que está ahora en Vilches, para que señale el momento álgido de la batalla. Ese último ataque de la caballería, esa Carga de los Tres Reyes, como se le ha llamado, hubo también caballeros leoneses aunque el Rey de León no fue, y hubo caballeros portugueses. Los cinco eran primos, que fueron también, los portugueses estaban en ese momento soportando otro ataque almohade, pero sí que combatieron de los cinco reinos. Ese ataque final es el que rompe, y en el momento que rompe la línea almohade es cuando la batalla está ya vencida y se produce el famoso asalto a la tienda roja , que se produce por tres lados, y los tres pueden presumir. El primero que salta es el alférez castellano Álvaro Nuñez de Lara, el hijo de Nuño Pérez de Lara, que salta a caballo. Por otro lado, efectivamente, Sancho VII el Fuerte, que era un gigantón de más de dos metros, entra y rompe las cadenas, y Pedro II que se lleva un lanzazo en el sitio exacto donde un año después se lo iban a dar en Muret, donde iba a morir.

La Batalla de las Navas es absolutamente definitiva, una batalla campal enorme. Tanto es así que se van al campamento musulmán que acaban de tomar, porque está más lejos de lo que es el hedor de la batalla, ¿y saben con qué hacen las lumbres?, con los astiles de las flechas. Imagínense las que se quemaron en una noche, en un campamento de miles de hombres, y hay una frase de Rodrigo Jiménez de Rada que dice: …que no les llegó a quemar el 40% de las flechas que había almacenadas. Esa es la prueba de la inmensidad de la batalla.

El alcance fue terrible, duró hasta Vilches, porque se cumplieron a rajatabla las órdenes de hacer el alcance, esto es, perseguir y perseguir, matar y matar, y no entrar a saquear el campamento, pues tiempo habría para ello.

El botín es increíble, pero sobre todo lo que se salva ahí son todos los reinos cristianos. Si esa resistencia de los reinos cristianos no hubiera sido decisiva, el inmenso imperio almorávide, que cada año podía sacar más de cien mil combatientes de todas las tribus del Sáhara, y que llegaba desde el Océano Atlántico hasta casi El Cairo, quien sabe donde habría llegado. Hizo, Pérez Henares, referencia de nuevo a las mesnadas concejiles del común de la tierra de Atienza, que eran 240 pueblos, y que decían soy un súbdito del rey, que me ha dado tierras, que puedo pasar esas tierras a mis hijos, y cuando él me llama, yo tengo un caballo y unas armas, que no son de fuste, e iré cuando el rey me llame y combatiré con él.

Batalla de las Navas de Tolosa

La Batalla de las Navas es trascendental, pero el rey y la Reina Leonor no pudieron verlo, ni Pedro, porque llegan a tomar Úbeda y Baeza, pero se tienen que retirar por una peste y no pueden seguir, porque ocurrió algo terrible. El año 14 fue un año criminal en todos los sentidos. No llovió nada, hizo muchísimo frío, y hubo una hambruna terrible y brutal en Castilla, Aragón, y en toda la península, y no estaban las cosas para celebraciones. El rey, cuando iba a ver a su hija, que estaba casada con el Rey de Portugal, muy debilitado, murió de lo que se han muerto tantos reyes nuestros, de malaria, de tercianas, de fiebres. Leonor le siguió a la tumba casi inmediatamente después.

Se tiene que encargar de eso la mayor, Berenguela, que había estado casada con el Rey de León, su primo. Ha tenido un hijo, al que pone Fernando, que va a ser Fernando III el Santo, y que va a ser el que va a completar definitivamente y aprovechar, clarísimamente, la victoria de su abuelo, porque el ataque que lanza en 1230 va a acabar con toda la fortaleza del islam. Va a tomar Córdoba, Sevilla, y por otro lado su primo el Rey de Aragón, Jaime I, también se lanza. De hecho toma Murcia y se lo cede después a Castilla, porque eso lo llevaban a rajatabla.

Esa alianza es trascendental y, ¿qué queda?, pues queda reducido a lo que es Granada y Málaga.

¿Por qué se tarda tanto tiempo, 800 años? Pues depende, los de Oviedo estuvieron bajo dominio musulmán no llegó a veinte años, y algunas zonas del norte, como mucho, menos de un siglo.

Se tarda tanto tiempo, entre otras causas, por el dinero. Resulta que el oro era muy importante. Ya se lo habían llevado todo los romanos, pero los granadinos tenían mucho oro porque comerciaban con los africanos, y los Reyes de Castilla sacaban provecho. Antes de tomar Granada pensaban, vamos a matar la gallina de los huevos de oro. Por eso se tardó tanto tiempo, y hasta que no se produce la unión de los dos grandes reinos, de los dos primos, no se completa la Reconquista.

Desde estas sencillas líneas de los Reales Tercios de España, finalizamos aquí nuestra crónica sobre la conferencia Batallas decisivas de los Imperios Islámicos y la España Cristiana 1085-1212, felicitando a la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza y al Regimiento de Caballería España 11, por la brillante organización conjunta del acto, les agradecemos su invitación al mismo, y damos nuestra enhorabuena a D. Antonio Pérez Henares por su magnífica conferencia.

Santoral

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