En el Homenaje a los Caídos, los Guiones, Banderines y Corona se colocan a ritmo ordinario frente a un monolito. Posteriormente, y acompañados por la interpretación de La muerte no es el final, marchan a paso lento hacia el monolito, colocando una corona:
LETRA ( de Cesáreo Gabaraín, adaptación militar de Tomás Asiaín) :
Cuando la pena nos alcanza,
del compañero perdido.
Cuando el adiós dolorido,
busca en la fe su esperanza.
En tu palabra confiamos
con la certeza que Tú:
ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz.
Ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz.
Tras el canto de esta letra esto, se inicia el Toque de Oración (a veces se realiza una descarga de salvas a la conclusión). Después, los Guiones y Banderines ocupan su puesto de nuevo a ritmo de paso ordinario.
Durante el acto de homenaje a los que dieron su vida por España, se realiza la lectura de los siguientes textos:
Los demandó el honor y obedecieron,
los requirió el deber y lo acataron;
con su sangre la empresa rubricaron
con su arrojo la Patria redimieron.
Fueron grandes y fuertes, porque fueron
fieles al juramento que empeñaron.
Por eso como púgiles lucharon,
por eso como mártires murieron.
Inmolarse por Dios fue su destino,
salvar a España su pasión entera,
servir al Rey su vocación y sino.
No quisieron querer a otra Bandera,
no pudieron andar otro camino,
no supieron morir de otra manera.
EL SONETO
Del soneto magistral, dedicado a los MÁRTIRES DE LA TRADICIÓN, fue autor el poeta burgalés D. Martín Garrido Hernando. Publicó el libro, de poemas suyos, en Burgos, año 1975, titulado HOJAS DE ACANTO, en cuya página 351 está el soneto en cuestión-