El joven fallecido había saltado al cauce del río desde una altura de unos 12 metros en el paraje denominado Peña del Cuervo en el barrio zaragozano de Peñaflor
En la mañana de ayer la Guardia Civil de Casetas recibió una comunicación del Cuerpo Nacional de Policía (Comisaría del Actur) mediante la que se trasladaba una denuncia presentada a última hora de la tarde del día 24, por la desaparición de un joven de 18 años en el paraje Peña del Cuervo del barrio zaragozano de Peñaflor.
Desaparición que tuvo lugar la tarde del martes 23 pero que se comunicó un día más tarde al cuerpo policial.
En dicha denuncia se hacía constar que éste joven habría saltado al río Gállego desde un saliente situado a unos 12 metros de altura, perdiéndole de vista los dos amigos que se encontraban con él, desde el instante en que cayó al agua. A pesar de este hecho, lo sucedido fue comunicado a Policía Nacional al día siguiente, y tras tener conocimiento de lo ocurrido la Guardia Civil estableció un dispositivo para su localización de manera inmediata, al que se sumaron agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), desplazados desde Huesca.
A las 12.40 horas de ayer jueves, la Guardia Civil localizó el cuerpo sin vida de un joven que se hallaba sumergido justo en el punto donde habría caído desde la zona donde efectuó el salto.
Tras el levantamiento del cadáver, este fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) para su correspondiente autopsia, tratándose del joven de 18 años, nacionalidad marroquí, mencionado anteriormente.
Recomendaciones Guardia Civil
Hechos como éste constatan la gran peligrosidad que entrañan las zonas naturales debido al desconocimiento por parte de los usuarios, tanto de las corrientes del cauce, como de lo que existe en el fondo del mismo.
Este extremo, unido al consumo de alcohol o sustancias estupefacientes de algunos jóvenes antes de efectuar los saltos, observados en otros hechos independientes al relatado, pueden hacer aún más peligrosos los saltos y desembocar en fatales accidentes.
La Guardia Civil realiza inspecciones de este paraje de manera habitual, especialmente con la llegada del buen tiempo, observando en varias ocasiones gran concentración de personas y vehículos en dicho entorno que pueden llegan a provocar un grave riesgo tanto para los usuarios de la carretera A-123, como a los asistentes a este espacio al no guardarse entre ellos ni las medidas de distanciamiento social ni hacer uso de las mascarillas, en evitación de posibles contagios por el COVID-19. Además de haberse interpuesto denuncias administrativas por tenencia de drogas a jóvenes que incluso llevaban bebidas alcohólicas.
Desde esta Institución se hace un llamamiento a la responsabilidad por parte de los usuarios que se desplacen a disfrutar de zonas naturales, tanto en la prevención de realizar dichos saltos sin el conocimiento de la zona, como de las medidas de seguridad que deben adoptarse en la situación actual.