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LA ORDEN ECUESTRE DEL SANTO SEPULCRO DE JERUSALÉN CELEBRA EN ZARAGOZA LA FESTIVIDAD DE NUESTRA SEÑORA DE PALESTINA

La Sección de Aragón, del Capítulo Noble de Aragón, Cataluña y Baleares, de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, celebró el pasado 13 de diciembre de 2019, en la capital aragonesa, con gran brillantez, la festividad de Nuestra Señora de Palestina, Patrona de la Orden del Santo Sepulcro.

Los actos estuvieron presididos por el nuevo Lugarteniente del Capítulo Noble de Aragón, Cataluña y Baleares, Excmo. Sr. D. Juan Carlos de Balle y Comas, de la Casa Marquesal de Vallgornera.

Asistieron los siguientes miembros de la Orden: Presidenta de la Delegación de Tarragona, Ilma. Sra. Dña. María Merce Martorell Comas, junto con los Caballeros de esta Delegación, Ilmos, Srs. Antón-Lluis Rull Hortaneda, D. Joaquim Juliá Panades, y D. Enrique Salvia Alonso, Caballero Comendador Gran Oficial con Placa.

Imagen de Nuestra Señora de Palestina

De la Sección de Aragón participaron los siguientes Caballeros: Ilmo. Sr. D. Carlos Enrique de Corbera y Tobeña, Presidente de la Sección de Aragón; Excmo. Sr. D. Juan Antonio Cremades Sanz-Pastor, Gran Cruz de la Orden; Excmo. Sr. D. Juan Gualberto de Balanzó y de Solá, Gran Cruz de la Orden; y los Ilmos. Srs. Pedro de Sancristóbal y Múrua, Conde de Isla; Pedro Antonio Royo Gabás; José Luis Carnicer Guiu; Carlos Sauras Herrera; Juan Luis Doncel Paredes; Jose María Turmo Molinos; Enrique Aisa Gracia; Luis Miguel Tobajas Asensio; Ramón Pérez Lucena.

Participaron las siguientes Damas: Excma. Sra. Dña. Carmen Laín Esponera, Gran Cruz de la Orden; Excma. Sra. Dña. Carmen Zurita y Saez de Navarrete, Condesa de Isla; Excma. Sra. Dña. Anabel Lasheras; y las Ilmas. Sras. Dña. María Teresa Villarreal y Nogués, Secretaria de la Sección; Marigel Vegas Blasco; Pilar de Yarza Monpeón; Patricia Siso y Terraza.

Asistieron a la celebración las siguientes representaciones oficiales: Real Maestranza de Caballería de Zaragoza, representada por el Excmo. Sr. D. Pedro de Sancristóval y Múrua, Conde de Isla; Real, Antiquísima y Muy Ilustre Cofradía de Caballeros Nobles de Nuestra Señora del Portillo, por su Hermano Mayor, Excmo. Sr. D. Juan Gualberto de Balanzó y de Solá; Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, representada en Aragón por su Delegado, D. Juan Luis Doncel y Paredes; Reales Tercios de España, por el Comandante de RR.TT. D. Manuel Grao Rivas, Jefe de RR.PP. e Institucionales del Tercio Norte-Delegación Aragón.

Entre los numerosos invitados a los actos, cabe destacar la presencia de los Ilmos. Srs. D. Javier Ferrer Bailo, Académico de la Real de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza y gran conocedor de Tierra Santa, y D. José Luis Lana Armisen, estrechamente vinculado a la Orden del Santo Sepulcro y a la Sección de Aragón.

Se iniciaron los actos a las 13.00 horas con la celebración de la Santa Misa, en honor de Nuestra Señora de Palestina, en la Iglesia Parroquial de San Gil Abad, de Zaragoza. Fue oficiada por el Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de Tarazona, D. Eusebio Hernández Sola, Prior de la Sección de Aragón y Caballero Comendador con Placa de la Orden. Con él concelebró el R.V. Don Ángel Briz Fernández, Capellán castrense, y asistió a la celebración el R.V. Mario Gallego Bercero, Capellán de la Sección y Caballero de la Orden.

En los preámbulos de la eucaristía, los miembros de la Orden avanzaron por la Vía Sacra, hacia el altar, en procesión que encabezaba el guión de la Sección de Aragón, portado por el Ilmo. Sr. D. Ramón Pérez Lucena.

Damas de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén

El Prior de la Sección nos recibió con estas bellas palabras: Bienvenidos queridos hermanos de nuestra querida Orden del Santo Sepulcro en este día en que vamos a celebrar a Nuestra querida madre la Virgen de Palestina. No hay tiempo más propicio y más bonito para celebrar a la Virgen que este tiempo de adviento. Ella es la gran protagonista en esta preparación hacia la Navidad. Para ello preparamos nuestros corazones y pedimos al Señor que perdone nuestros pecados para acercarnos con mayor pureza, con mayor intensidad y cariño al encuentro con el Señor.

La Ilma. Sra. Dña. María Merce Martorell, Delegada de la Orden en Tarragona, dio lectura del libro de Isaías: Esto dice el Señor tu libertador, el Santo de Israel: Yo, el Señor tu Dios, te instruyo por tu bien, te marco el camino. Si hubieras atendido mis mandatos tu bienestar sería como un río, tu justicia como las olas del mar, tu descendencia como la arena, tú como sus granos el fruto de tus entrañas. Tu nombre no habría sido aniquilado ni eliminado de mi presencia.

Primera lectura y Salmo

Leyó a continuación el precioso Salmo, que así comienza: Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche.

A ello, a todo el Salmo, respondimos: El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

El R.V. Ángel Briz, dio lectura del Santo Evangelio según San Lucas: En aquellos días se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judea; entró en casa de Zacarías y saludo a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz dijo: bendita tu entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; Y ¿de dónde que la madre del Señor venga a mí?, porque apenas llegó a mis oídos la voz de tu Señor, saltó de gozo el niño en mi seno.

¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas de parte del Señor!. Y dijo María: Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador, porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso. Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.

Caballeros de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén

Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón; derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia que había anunciado a nuestros padres en favor de Abrahán y de su linaje por los siglos.

María permaneció con ella unos tres meses y se volvió a su casa.

En la Homilía, el Obispo de Tarazona, Eusebio Hernández, dijo lo siguiente: Mi querido hermano sacerdote, saludo con afecto al Capítulo de España Oriental, saludo también al Presidente de la Sección de Aragón y a los representantes de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza, la Cofradía de Nobles de Nuestra Señora del Portillo, la Orden Constantiniana de San Jorge, y los Reales Tercios de España.

Saludo cordialmente a todos los que formamos nuestra querida Orden del Santo Sepulcro.

Un año más nos sentimos convocados en torno al altar por nuestra querida madre, Señora Virgen de Palestina. Hace ya 99 años que el Patriarca Luigi Barlassina, invocó por primera vez a la virgen con el título de Reina de Palestina, una devoción que promueve el que hoy nos volvamos a reunir para celebrar esta acción de gracias al Señor, la eucaristía.

Lectura del Santo Evangelio

En 1983, cincuenta años después de la fiesta, San Pablo II, dirigiéndose a los Caballeros y Damas de la Lugartenencia de Italia, Septentrional y Central, les exhortó a ser testigos de Cristo en la vida diaria y a continuar la obra de la Orden en Tierra Santa, bajo la concepción de Nuestra Querida Señora la Virgen.

Diez años después, en 1993, el Gran Maestre de la Orden, el Cardenal Giuseppe Caprio, pidió a San Juan Pablo II, la elección de Nuestra Señora Reina de Palestina como Patrona de la Orden. Por tanto estamos celebrando, queridos hermanos, la advocación de la virgen que tiene como destinatarios a nuestra querida Orden del Santo Sepulcro.

Lo interesante de la palabra de Dios, que acabamos de escuchar en el evangelio, es fijarse en la actitud de María y que hoy la iglesia nos presenta a nuestro pueblo para comprender la grandeza, y al mismo tiempo humildad, de la virgen. Grandeza, dignidad y humildad, menos mal que, al menos en la Sagrada Escritura, podemos encontrar personas como María e Isabel que, a pesar de tener una misión tan especial encomendada por Dios, supieron aceptar con humildad y con espíritu de servicio estar pendientes de Dios y del prójimo.

Obispo de Tarazona y Prior de la Sección

Isabel, la prima de María, saluda a María de una forma magistral, le dice: dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. Que fe, que confesión de fe en María. Era un buen recibimiento a su prima, que iba a ayudarla en la necesidad, en los momentos diríamos más importantes para una mujer como es dar a luz un hijo. Y la respuesta de María no se queda atrás. María hace el canto del Magnificat, canta unas alabanzas impresionantes. Un canto que está lleno de contenido y que desborda todo lo que nosotros podemos decir de Dios.

Ella se siente profundamente querida, amada por Dios, por eso proclama y vive esta relación con Dios pero con un sentido profundo de humildad, de aceptación de los planes que Dios tiene sobre ella. Dios no solamente mira al pequeño, al pobre, al humilde sino que cuenta con ellos y los capacita para realizar su misión, precisamente por ser así, humildes, sencillos y pobres. A pesar de nuestros pecados su misericordia llega a cada uno de nosotros en una mirada desbordante porque el amor de Dios es único.

Dios solamente sabe contar hasta uno, y la virgen solamente sabe contar hasta uno, porque nos ama a cada uno con nuestra individualidad, con nuestra singularidad.

Cada uno de nosotros es escogido y amado en su singularidad.

Lugarteniente de la España Oriental

Esta celebración, queridos hermanos, nos debe impulsar a los cristianos de hoy a realizar dos grandes y difíciles misiones. Por una parte saber reconocer al Señor, saber descubrirlo en nuestra vida, en lo que pasa cada día, en los momentos buenos y en los momentos malos. Y por otra parte saber darle gracias por cuanto hace a través de nosotros, grandes obras o pequeñas cosas.

María hoy nos invita a seguir su ejemplo, a crecer en la comprensión de nuestra identidad de cristianos y de nuestra misión específica como Damas, Canonesas, y Caballeros, en relación con Tierra Santa y en general con toda la región teatro de la historia de nuestra acción realizada por Jesucristo y actualizada hoy por el ministerio de la iglesia. María, madre de Palestina grita hoy en nuestro camino como modelo de fidelidad de Dios y de consideración maternal para aquellos que más lo necesitan. Hoy nos invita a ser agentes de paz en una región atormentada por la violencia.

Por nuestro compromiso de solidaridad activa, le suplicamos que pida a su hijo Jesucristo la paz en Jerusalén, para la Tierra Santa, el Oriente Medio, y para todo el mundo entero. Esa paz que debe nacer de nuestro corazón y que nos debe hacer sentirnos a todos hermanos y hermanas sin distinción de razas o religiones.

De la mano de María miramos hoy a nuestro mundo, a la realidad que tenemos cerca y la que está más lejos. Lloramos por tantas y tantas personas que están en momentos difíciles, personas necesitadas de todo tipo de necesidades. Traemos ante su corazón, seguros y confiados que nos escucha, las personas, las situaciones, sean cercanas, o de todo el mundo, y las ponemos en las entrañas misericordiosas, en el corazón de nuestra madre la Virgen de Palestina.

Que la Virgen, pues, Reina de Palestina, sea para todos nosotros, pero especialmente para toda la Orden del Santo Sepulcro, la estrella que guía con seguridad nuestros pasos al encuentro de su hijo Jesucristo, especialmente en esta Navidad.

Comunión

El Lugarteniente de la España Oriental de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén Capítulo Noble de Aragón, Cataluña y Baleares, Juan Carlos de Balle y Comas, subió al ambón y dijo lo siguiente: Ahora rezaremos todos juntos la Oración del Caballero y la Dama del Santo Sepulcro:“Señor, por tus cinco llagas que llevamos en nuestras insignias, te pedimos danos la fuerza de amar a todos los hombres del mundo, sobre todo a nuestros enemigos. Libra nuestra mente y nuestro corazón del pecado, de la parcialidad, del egoísmo y de la vileza, para ser dignos de tu sacrificio. Haz descender sobre nosotros, Caballeros y Damas del Santo Sepulcro, tu espíritu para que nos haga convencidos y sinceros embajadores de paz y amor entre nuestros hermanos, y particularmente entre los que piensan que no creen en ti. Danos la fe para afrontar todos los dolores de la vida cotidiana y para merecer, un día, el estar humildemente pero sin temor en tu presencia”.

Finalmente el Obispo de Tarazona, nos despidió con las siguientes palabras: Antes de dar la bendición, nuevamente os deseo que paséis una feliz Navidad. Que sea una Navidad gozosa, llena de alegría, en lo familiar y en el entorno en el que cada uno se mueve. Que la Virgen de Palestina nos acompañe en estos días tan entrañables que son las Navidades. Que el Niño Dios sea nuestra bendición siempre.

Posteriormente, sin abandonar el casco histórico de la ciudad, la entidad anfitriona celebró una comida de hermandad en un conocido restaurante, al inicio de la cual tomó la palabra el Presidente de la Sección de Aragón de la Orden.

Foto de familia en la iglesia parroquial de San Gil Abad

Carlos de Corbera y Tobeña, dio las gracias en primer lugar a los Caballeros, Damas, y amigos de la Orden, que asistíamos y participábamos en estos actos de celebración de la festividad de la Virgen de Palestina. Agradecimiento que hizo extensivo al Lugarteniente, Juan Carlos y a su esposa, a quienes dio la bienvenida a Zaragoza y a Aragón. Agradecimiento expresó igualmente a Don Eusebio, Prior de la Sección, por estar siempre a disposición de esta y de la Orden, y agradecimientos tuvo para las representaciones de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza, Cofradía de Nobles de Nuestra Señora del Portillo, Orden Constantiniana, y Reales Tercios de España, por acompañar a la Orden en estas celebraciones.

Tuvo un saludo muy especial para la Delegación de Tarragona, de la que asistían al ágape dos Caballeros, pues la Delegada había tenido que ausentarse ya, pero a la que había que agradecer su presencia y compañía en la eucaristía. Saludo y agradecimiento expresó también a Don Mario, capellán de cabecera de la Sección, que acoge siempre a la Orden, en sus celebraciones mensuales y otras, en la parroquia de San Gil.

Después Carlos de Corbera dijo lo siguiente: Cerramos con esta comida anual un año lleno de actividades dentro de la Sección y dentro de la Orden, y creo que un año muy fértil y muy fecundo para nuestra Sección, pues hemos tenido el honor de que entren dos nuevas Damas, a quienes quiero dar la bienvenida oficial, Pilar de Yarza, y Patricia Siso, que entran a formar parte de esta familia de la Orden del Santo Sepulcro.

Como digo, hemos tenido un año lleno de actividades, unas mejores, otras más de sinsabor, como fue el acto de desagravio a la capilla del Santo Sepulcro de Tauste, por los accidentes que habían pasado, pero creo que era de justicia que nuestra Sección, la Orden en sí, estuviera presente en en ese acto, pues estamos para esto, para las cosas buenas y para estos momentos un poco más difíciles que nos toca afrontar.

Como digo, hemos tenido un año lleno de actividades, tenemos todavía el recuerdo de la celebración, el año pasado, también en Zaragoza, de los homenajes, principalmente de los 900 años de la Reconquista de Zaragoza por el Rey Alfonso I el Batallador, tan ligado a nuestra Orden, y por eso la Orden quiso estar presente, como sabéis, en esas celebraciones.

Hicimos la edición de un libro sobre historia de la Orden cuyos fondos, como se dijo entonces, irán destinados a las obras que tiene encomendadas la Orden, de protección a los cristianos en Tierra Santa. Creo que hemos cumplido la misión y me cabe el honor de hacer entrega esta mañana al Lugarteniente de un cheque con la recaudación, de mil euros, que se ha obtenido con la venta de los libros. En nombre de la Sección de Aragón y de todos nosotros, le hago entrega de este pequeño donativo y esperamos que ayude a contribuir a las labores de la Orden en Tierra Santa.

Con el Lugarteniente de España Oriental y el Presidente de la Sección de Aragón

Y como no podemos parar y tenemos que seguir en la batalla, hemos tenido que preparar alguna cosa para este año, para seguir colaborando con la Orden. Sabéis que, ya desde hace algunos años, venimos haciendo unas reproducciones de unos dibujos que nos pintó el Caballero Comendador de esa Sección Javier Sauras, con la Virgen de Palestina. Este año hemos tenido también la suerte de contar con una gran pintora, que es Sor Isabel Guerra. Creo que todos la conocéis pero dejarme decir que Sor Isabel Guerra es una monja del Cister, madrileña de nacimiento, pero que desde el año 70 está en Zaragoza, en el Monasterio de Santa Lucía, cuya fiesta hoy se celebra. Yo sabía que ella tenía una vinculación familiar con la Orden del Santo  Sepulcro. Su padre fue Caballero del Santo Sepulcro, pertenecía a la Lugartenencia de España Occidental, y vivían justo enfrente de la Basílica de San Francisco el Grande, en Madrid, por tanto conocía perfectamente la labor de la Orden y las ceremonias que allí se celebraban. Me puse en contacto con ella y le pedí si podía colaborar en esta obra que, en nuestra medida, tenemos encomendada de ayuda a Tierra Santa. Ella me dijo: Deja que le de una vuelta.

Y la vuelta ha sido esta pintura digital que nos ha ofrecido. Entonces, le hemos preparado esta presentación y le vamos a poner un donativo de veinte euros, para ver si podemos superar con esta iniciativa nuestra ayuda a Tierra Santa, para el año que viene, por lo menos multiplicarla.

Confío en que todos vosotros colaboréis. Dejadme decir que ella estaba invitada hoy aquí, pero no está en Zaragoza y me ha pedido que agradeciera la invitación y que diera un saludo a todos de su parte. Quiero destacar a esta mujer y a todas las Damas de la Sección de Aragón. Sabéis muy bien que, casi, el motor de la sección sois las Damas, y hoy quiero tener también un recuerdo especial a una Dama que hace 50 años, este año, que está en la Orden. Cincuenta años con presencia continua y con presencia vivida, me estoy refiriendo a Dña. Carmen Laín, que siempre nos acompaña. Sois los dos, Juan Gualberto y Carmen, nuestros decanos de la Sección de Aragón, y creo que también de la Lugartenencia. Por tanto, me vais a permitir que, en nombre de la Delegación, tengamos un recuerdo hacia vosotros como decanos que sois de esta Sección, y hago entrega del mismo a Carmen por sus 50 años en la Orden.

Presidente de la Sección de Aragón

La dedicatoria dice lo siguiente: La Sección de Aragón de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén a sus decanos, los Excelentísimos, Sr. D. Juan Gualberto de Balanzó y de Solá, y Sra. Dña. Carmen Lain Esponera, en prueba de gratitud y afecto.

Doña Carmen recibió el presente, visiblemente emocionada, y dijo esto: ha sido lo más inesperado que me podía pasar. A continuación su esposo, Juan Gualberto de Balanzó y de Solá, quiso intervenir para decir lo siguiente: Queridos hermanos todos, porque somos hermanos de corazón.

Somos H de H, hermanos de hábito, que significa, para mí, para toda mi familia, y para todos vosotros, un antes y un después de estar en la Orden.

El ser Caballeros y Damas, es como un sacerdocio. Quería deciros una cosa, cuando yo entré en la Orden, hace 63 años como sabéis, sentí el mismo cariño que siento ahora, y eso es importante, saber que estás identificado, que el tiempo pasa y la gente cambia, pero que el ser, la forma de ser de la Orden, es la misma, y eso es precioso. Un Caballero del Santo Sepulcro es un señor que, además de cuidar bien de su alma, trabaja por los más desfavorecidos. Es como un gentleman en Tierra Santa, esa tierra, la gran desconocida, en la que nosotros tenemos que estar allí,entre los palestinos y los israelitas, en esta lucha fratricida, sin perder el norte, es decir estar con unos y con otros. Es muy difícil pero se va consiguiendo. La Orden tiene alma, y es en esta onda donde nosotros tenemos una verdadera confraternización. Podemos estar con un Caballero del que desconocemos su nombre, pero sin embargo sabes que piensa siempre igual que tú, y esto es importante, esa comunión de espíritu, del mismo modo de pensar y de ser.

Pintura de I. Guerra

El Caballero que no se da cuenta de que es Caballero del Santo Sepulcro, y no lo tiene presente, por decir, una vez al día, no es un buen Caballero, porque el Caballero tiene que expresar lo que siente y lo que quiere para los demás, mediante la entrega, y ser un ejemplo. Hablamos mucho y hacemos poco. Hagamos una cosa cada uno, ser una pequeña piedra de un castillo, como el de las Moradas de Santa Teresa.

Pensad una cosa, cuando lleváis la insignia de la Orden, que es como un detente, la gente os mira y se fija en vosotros. Y si en una persona no coincide lo que piensa o lo que tenía que ser, con lo que hace, ego erradibus.

Carmen Laín Esponera

Habló a continuación el Obispo de Tarazona, y Prior de la Sección, Eusebio Hernández, y este es un resumen de su intervención: Se refirió a Isabel Guerra para decir que le había encantado la iniciativa de la Sección de Aragón de la Orden, con el feliz resultado de la pintura digital donada por esta extraordinaria, y muy bien cotizada, pintora religiosa.

Dijo conocerla personalmente y haber hablado mucho con ella, y dijo también tener el privilegio de contar con dos pinturas suyas. Privilegio de tener una gran amistad.

Juan Gualberto de Balanzó y de Solá

Luego dijo lo siguiente: Yo pertenezco a dos Órdenes, la de Agustinos Recoletos, que está aquí, en la Romareda, en Santa Mónica, que tiene como Gran Padre a San Agustín, y ahora pertenezco a la Orden del Santo Sepulcro. Siempre recordaré un hecho que para mí quedó marcado de por vida, y fue la primera vez que visité Tierra Santa. Recuerdo que era el 24 de agosto, cumpleaños de mi madre. Allí, como sabéis, no caben mas que tres, pues aquello es muy pequeño, pero yo aquel día tenía que entrar, y además presidí la eucaristía en el Santo Sepulcro en atención a mi madre. Esa imagen y ese recuerdo nunca lo olvido. La sobremesa se prolongó algo más, pero nosotros, tuvimos que ausentarnos ya. Desde estas sencillas Líneas de los Reales Tercios de España felicitamos a la Delegación de Aragón de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén por la brillante organización de los actos y expresamos a sus dignatarios nuestra gratitud por el honor que para nosotros representa el haber sido invitados a los mismos.

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