- La Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago ha entregado las Credenciales compostelanas a la dotación del Ejército de Tierra, antes de partir hacia la Antártida.
- La misión más antigua en el exterior de nuestras Fuerzas Armadas es un ejemplo de colaboración entre científicos y militares.
Esta mañana, una representación de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago, encabezada por José María Viladés y miembros de la Asociación local de Zaragoza, han sido recibidos en el Cuartel General de la Brigada Logística, sede de la Oficina de la Campaña Antártica Española (CA) del Ejército de Tierra (ET). El motivo: hacer entrega de un banderín de la Federación, Credenciales de peregrino, distintivos de la Campaña jacobea y Banderas de mochila a los miembros de la XXXIII dotación de la CA del ET.
Los militares han estado representados por tres de los miembros de la Campaña, pues el resto (hasta trece) están ya inmersos en la preparación y no han podido desplazarse a Zaragoza. En su nombre, habló el capitán Óscar Araujo, responsable de movimiento y navegación, para afirmar que “el Camino se parece en muchos aspectos a nuestra misión. Estar lejos de los tuyos, hacer realidad una ilusión y compartir experiencias con otros”.
Antes, el presidente de la Asociación zaragozana, José María Viladés, subrayó que se trata del camino más largo: 14.075 kilómetros y que, en su origen, “el Camino original pasaba por Zaragoza, por delante de los cuarteles de la carretera de Huesca”.
Con este acto se pretende asentar el flujo de “pingüirinos” (peregrinos procedentes de la Antártida) que transitarán por el ya conocido como “Camino Blanco”. Quiere la Federación que científicos, militares y marinos, que participan anualmente en las expediciones de estudio e investigación que España desarrolla en esas latitudes, puedan regresar investidos de peregrinos, sellando como punto de partida en la Base Antártica Española (BAE) “Gabriel de Castilla” (GdC), para finalizar su peregrinación en la Catedral Compostelana.
En los primeros días de diciembre, los militares españoles saldrán con rumbo a la Antártida y, tras el verano austral, regresarán envueltos en el manto de peregrino.
Esta es la tercera vez que el Camino Blanco se nutre de peregrinos. La primera fue en 2017 y dispone del apoyo y hospitalidad de las Asociaciones argentinas, chilenas y brasileñas.
La Campaña Antártica española
La Campaña Antártica española constituye un modelo de cooperación entre diferentes instituciones públicas y privadas al servicio de la I+D+i en el marco del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación.
El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades financia los proyectos que se realizan tanto en las bases antárticas como a bordo del buque Hespérides –a través del subprograma de Investigación Polar de la Agencia Estatal de Investigación– y la logística de la campaña. Además, a través del Comité Polar, coordina las actividades que los diferentes organismos desarrollan durante las campañas.
Las entidades participantes en estas actividades son la Unidad de Tecnología Marina del CSIC, que gestiona la BAE Juan Carlos I en la Isla Livingston y coordina la logística general de la campaña antártica; el Ejército de Tierra, que gestiona la BAE Gabriel de Castilla en la Isla Decepción, y la Armada, que opera el BIO Hespérides.
Tanto el BIO Hespérides como las bases antárticas forman parte del mapa español de Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares (ICTS), instalaciones, recursos o servicios excepcionales en su género, cuya importancia y carácter estratégico justifica su disponibilidad para todo el colectivo de I+D+i.
Fotografia: Campaña Antártica del Ejército de Tierra